Murió el poeta disidente Egon Bondy

Egon Bondy (Foto: CTK)

Una de las cabezas más visibles del movimiento disidente checoslovaco, Egon Bondy, falleció a los 77 años de edad en Bratislava, Eslovaquia. Fue un rebelde nato, se enfrentó al régimen totalitario y también criticó los errores de la democracia.

Egon Bondy  (Foto: CTK)
Después de la Revolución de Terciopelo de 1989 la obra de Egon Bondy apareció en las librerías del país. Hasta ese momento estaba prohibida. Sus poesías y sus ensayos filosóficos se encontraban en la "lista negra" que administraba el régimen comunista.

La juventud de Egon Bondy fue muy turbulenta. Su padre era un alto oficial de las Fuerzas Armadas checoslovacas, y ello condujo a que la familia se trasladara con frecuencia de un lugar a otro.

Debido a esa vida nómada Bondy, cuyo verdadero nombre era Zbynek Fiser, terminó su bachillerato a los 27 años de edad, posteriormente se graduó en la Facultad de Filosofía.

Se dice que cuando Egon Bondy se apasionaba por algo mordía y costaba que soltara la presa. En sus memorias escribió sobre su corta militancia en el Partido Comunista Checoslovaco.

Entre 1947 y 1948 su entrega a los ideales comunistas fue tal, que pronto los "camaradas" consideraron que se trataba de una "gran promesa" para la dictadura del proletariado.

En 1950, sin embargo, se convirtió en uno de los más férreos adversarios de la ideología comunista, por los crímenes cometidos por Stalin. Como resultado de la crítica al régimen, sus poesías y sus ensayos literarios pasaron a ser un tabú para la sociedad que tenía que idolatrar a la hoz y el martillo.

No obstante, el grupo underground The Plastic People of The Universe, tomó las poesías de Bondy y las convirtió en exitosas canciones que entonó la disidencia anticomunista.

Durante la época comunista en Checoslovaquia, los ensayos filosóficos de Egon Bondy se publicaron en "samizdat". Muy conocida es su obra dedicada a temas relacionados con el ser y la existencia.

El budismo, el cristianismo y el islamismo fueron tratados de manera muy especial por Bondy, al tiempo que dedicó varios trabajos a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Nunca estuvo de acuerdo con la partición de Checoslovaquia en 1993, por lo que a manera de protesta abandonó Praga y se fue a vivir a Bratislava, Eslovaquia, donde impartía clases de filosofía.