Muere Stanislav Milota, camarógrafo de ‘El Incinerador de Cadáveres’

Stanislav Milota y Juraj Herz, foto: archivo de ČT

En los primeros días de la Revolución de Terciopelo que acabó con el comunismo en Checoslovaquia en 1989, Stanislav Milota fue una de las cabezas visibles de entonces. Aparecía con frecuencia al lado de Václav Havel, de quien fue asesor en aquellos días turbulentos.

Stanislav Milota y Juraj Herz,  foto: archivo de ČT

Stanislav Milota, el camarógrafo disidente, signatario de Carta 77, falleció este lunes a los 85 años. Debido a su carácter firme y a sus ideas claras sobre la libertad y la democracia pronto chocó con los postulados de la dictadura del proletariado.

‘El Incinerador de Cadáveres’
Su profesión, y los acontecimientos vividos en carne propia, lo situaron muy pronto al lado opuesto de la barricada. En 1968 las tropas del Pacto de Varsovia, encabezadas por la Unión Soviética, invadieron Checoslovaquia y Milota salió con su cámara a las calles de Praga para documentar como los tanques asfixiaban aquella intentona democrática.

En declaraciones a la Radiodifusión Checa, Stanislav Milota recordó hace seis años lo ocurrido entonces.

“Me fui a los estudios Barrandov y saqué a la fuerza una cámara. La misma con la que había estado filmando la película El Incinerador de Cadáveres”.

‘El Incinerador de Cadáveres’,  foto: archivo de ČT
Esta película del director Juraj Herz fue una de las grandes obras de la llamada Nueva Ola del cine checo. Milota demostró sus dotes de excelente camarógrafo. El Incinerador de Cadáveres fue nominada por Checoslovaquia a los Óscar, pero al final resultó incómoda al régimen comunista y fue prohibida.

Milota filmó la invasión del 68. Y eso le costó caro. Su documental fue transmitido por la televisión austríaca y según informa el diario Lidové Noviny, el régimen comunista creó en Austria una agencia ficticia para comprar el documental e impedir su divulgación.

Seis meses más tarde Milota, con su cámara a cuestas, fue testigo directo de los acontecimientos que golpearon a la sociedad checoslovaca tras la autoinmolación del estudiante Jan Palach, quien protestó así por la ocupación del país por los soldados soviéticos.

Stanislav Milota y su esposa,  Vlasta Chramostová,  foto: archivo de ČT
El régimen comunista arremetió contra Milota y le impidió ejercer su profesión. Durante muchos años se ganó la vida fabricando lámparas de mesa.

Como signatario de Carta 77, el manifiesto anticomunista del grupo disidente del mismo nombre, Milota fue una persona cercana a Václav Havel. Filmó muchas de las presentaciones de teatro que los artistas censurados como, por ejemplo, su esposa Vlasta Chramostová, realizaran de manera clandestina en casas y apartamentos.

Después de la Revolución de Terciopelo de 1989, Stanislav Milota, fue asesor del presidente Václav Havel, y posteriormente jefe del Despacho del mandatario.

Trabajó en el Fondo de la Cinematografía Checoslovaca y fue miembro del Consejo de Supervisión de la Radio y la Televisión. En 2016 recibió el Premio León de Oro por su aporte a la cinematografía checa.

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