Ministro de Sanidad checo, Bohumil Fiser, presenta un controvertido proyecto de ley de la Sanidad Pública
El ministro de Sanidad checo, Bohumil Fiser, presentó al Gobierno un nuevo proyecto de ley de la Sanidad Pública que ha despertado entre los médicos reacciones controvertidas. Según el proyecto, sólo del médico dependería informar o no al paciente sobre la gravedad de su enfermedad.
El borrador de ley de la Sanidad Pública obliga al médico, por un lado, a informar al paciente sobre su estado de salud. Concede al enfermo el derecho a acceder a su documentación y estipula que el médico consulte con él cada intervención. Pero por el otro, dicho borrador exonera al médico de decir al paciente la verdad en el caso de que dicha información pueda empeorar su estado de salud.
El Ministerio de Sanidad justifica este procedimiento argumentando que en algunos pacientes, la información podría llevarles a interrumpir el tratamiento médico. Según el viceministro de Sanidad, Antonín Malina, la sociedad checa no está preparada aún para aceptar la verdad pronunciada clara y duramente. "La República Checa no es Estados Unidos, donde los médicos dicen al enfermo la verdad sin inhibición alguna," puntualiza Malina.
La Asociación Cívica para la Protección de los Pacientes sostiene que cada enfermo tiene derecho a saber su verdadero estado de salud y que ningún médico le puede negar esa información.
De la misma opinión es el presidente del Colegio Médico Checo, David Rath, quien senala que siempre dependerá de la manera en que el médico diga al paciente la información negativa. "Si la dice de manera sensible y ofrece al paciente soluciones posibles, aunque sólo se trate del consejo de cómo pasar dignamente el tiempo que le queda, el enfermo será capaz de aceptar la verdad," agrega Rath.
El ministro de Sanidad checo también ha decidido declararle la guerra a la medicina alternativa. Fiser propone no sólo que se prohiba practicar el curanderismo a las personas que no tienen formación médica, sino que también, según los detractores del proyecto, se esfuerza por poner fuera de la ley toda la medicina alternativa por promover la idea de que en este país se debe curar sólo mediante métodos científicos. En la República Checa se dedican a la acupuntura y la homeopatía, o sea métodos no científicos, más de dos mil médicos.