Ministro de Salud quiere declarar estado de emergencia por éxodo de médicos

El sistema de sanidad checo empieza a tambalearse debido al éxodo masivo de médicos. Miles de facultativos renunciaron y dejarán de trabajar en la mitad de los hospitales del país a partir del 1 de marzo.

Leoš Heger
La campaña “Gracias, nos vamos” ha empezado a dar los primeros resultados. Los médicos van ganando la primera vuelta de este dramático pulso contra el oficialismo.

El ministro de Salud, Leoš Heger, se encuentra entre la espada y la pared por lo que amenazó con aplicar medidas radicales, según indicó.

„En caso de necesidad podemos declarar estado de emergencia. Este se aplica, por ejemplo, durante las catástrofes naturales“, aseguró el ministro.

Con la aplicación de semejante medida, el ministro trata de obligar a los facultativos a volver a los hospitales de ciertas regiones que no podrían atender a ningún tipo de paciente por la falta de personal especializado.

El ministro Heger sostiene que se trataría de una medida extrema, pero que en caso de necesidad el oficialismo podría aplicarla.

Una vez decretado el estado de emergencia, los médicos deberían regresar a sus puestos de trabajo por un lapso de hasta 30 días, en caso contrario pagarían una multa de unos 2.000 euros.

Los gobernadores de las diferentes regiones del país se han expresado cautelosamente ante la propuesta del ministro y han optado por esperar instrucciones del Gobierno. Los gobernadores sostienen que tras una resolución oficial empezarían a estudiar la posibilidad de declarar el estado de emergencia.

El Gobierno puede declarar estado de emergencia en situaciones excepcionales, en caso de perturbación de la paz o del orden interno, como consecuencia de catástrofes, brotes de enfermedades contagiosas, graves circunstancias políticas que afecten la vida normal de una comunidad, región o del país en general.

El Ejecutivo puede restringir o suspender el ejercicio de algunos derechos ciudadanos, como los relativos a la libertad y seguridad personales, la inviolabilidad de domicilio y la libertad de reunión y de tránsito.

Insatisfechos por las condiciones económicas y laborales, los médicos checos iniciaron en marzo una campaña de presión contra el Gobierno para que se atiendan las solicitudes que han venido presentando desde hace dos décadas.

Es por eso que el líder de los sindicatos médicos, Martin Engel, considera ofensiva e irresponsable la postura del ministro Heger que compara la situación surgida con una catástrofe imprevisible.

De un total de 16.000 facultativos registrados en el país, ya presentaron su renuncia 3.650 y se espera que el número supere los 3.800. La situación más complicada se registra en la meseta checo-morava donde renunció el 60 por ciento de los médicos.