Minimalismo sobre el Moldava: un nuevo puente de estilo cubista unirá los distritos 4 y 5 de Praga
La construcción de un puente de estilo cubista comenzará a fines de agosto en Praga. La vía estará habilitada para peatones y transporte público, pero no para automóviles.
En 1402, la única forma cruzar por encima del río Moldava era nada menos que el hoy célebre Puente de Carlos. Seis siglos más tarde, las vías se han multiplicado y, en la actualidad, la ciudad cuenta con 19 puentes, que pronto serán 20, gracias a una nueva construcción de estilo neocubista.
El comienzo de la obra se estima para fines de agosto y principios de septiembre y su resultado será una estructura minimalista de hormigón que conectará Dvorce, en la orilla este del río, en Praga 4, y Lihovar, al sur de la estación de tren Smíchov, en la orilla oeste.
Si bien originalmente se le había dado el nombre de Dvorecký, existe la posibilidad de que se lo termine bautizando “Madeleine Albright”, en honor a la secretaria de Estado de los Estados Unidos, nacida en Praga, que falleció este año.
Adam Scheinherr, responsable de la cartera de Transporte de la ciudad, detalló, en una entrevista con Radio Praga Internacional, que, de concretarse la iniciativa, se trataría de la primera vez que un puente recibe el nombre de una mujer.
“Ella nació en Smíchov, por lo que tiene una conexión muy estrecha con la ubicación del puente. De hecho, nació a solo unos cientos de metros de donde se ubicará el puente. Albright fue unas de las mujeres de origen checo más influyentes del mundo”.
El puente tendrá un costo aproximado de 40 millones de euros y no estará habilitado para automóviles. Según expresó Scheinherr, su objetivo central consistirá en facilitar las conexiones del tranvía.
“La idea de construir el puente surgió en 2009, cuando se incorporó al plan urbanístico de la capital. El puente dará servicio a peatones, ciclistas y tranvías. Lo más importante es esto último, porque, por ahora, los tranvías que cruzan el río en esa parte de la ciudad tienen que hacer un gran desvío y para poder cruzar por el puente Palacký. Esto aumenta la distancia del trayecto en varios kilómetros. Por lo tanto, el nuevo puente ofrecerá una conexión más rápida y más corta”.
Uno de los puntos más destacados de la obra es su estilo, debido a la influencia que ha tenido el cubismo en Chequia, donde, a diferencia de lo sucedido en otros países, también se aplicó a la arquitectura.
“Un aspecto interesante del puente es que para elegir su diseño se realizó una competencia, y la propuesta ganadora tiene un estilo neocubista. La República Checa tiene una historia establecida en lo que respecta a la arquitectura cubista. Hubo varios pintores y escultores cubistas en Francia y España, pero, en esos países, no hubo arquitectos que diseñaran edificios y puentes cubistas. Fueron los arquitectos checos quienes implementaron el cubismo en su arquitectura”.
El puente de Libeň fue el primero de estilo cubista construido en la ciudad. Sin embargo, la tendencia se frenó hace casi un siglo, por lo que el funcionario destaca el resurgimiento del interés por este tipo de diseños.
“Casi un siglo después de que dejaran de construirse edificios cubistas en Praga, ganó esta propuesta, por lo que creo que será de alto valor arquitectónico”.
Según las planificaciones iniciales, se estima que la construcción del puente llevará unos 850 días de trabajo. Sin embargo, no todos los aspectos de la obra son positivos.
Mientras se espera que la nueva vía tenga un impacto positivo en la vida de los habitantes de la ciudad, el tiempo y dinero invertidos para su concreción parecen ignorar el estado de otros puentes ya existentes en la ciudad, que requieren de mantenimiento.
Un ejemplo de ello es el puente de Barrandov, que ha comenzado a restaurarse en los últimos días. El año pasado, el Ayuntamiento de Praga abrió un nuevo puente peatonal sobre el río, en Troja, para reemplazar la construcción original, que se derrumbó en 2017.