Miloslav Stingl
"Los indios son mi amor de toda la vida", subraya el viajero, investigador y escritor Miloslav Stingl, que dio catorce veces una vuelta al mundo. En los viajes pasó 21 años, escribió más de treinta libros y es probablemente el autor checo más traducido.
Miloslav Stingl empezó a interesarse por los indios a sus ocho años, poco después de que aprendiera a leer. Le impresionó su valentía, honestidad, su relación hacia la tierra y la naturaleza. Más tarde llegó a sentir una simpatía espiritual por ellos. Simplemente el amor.
Miloslav Stingl estudió derecho internacional y etnografía extraeuropea. "En la etnografía nada está estipulado definitivamente, y ello es lo bonito en esta ciencia", dice el investigador, de 73 años, al que la tribu india norteamericana Kikapú eligió como su cacique de honor.
"Ser cacique de honor es como obtener un doctorado de honor de una universidad. Estoy en contacto con ellos a distancia porque desde Praga no puedo dirigir una tribu india. Es un lazo sentimental y no práctico. Sin embargo, si un día me encontrara con un buen brujo rico que me cumpliera un deseo desearía vivir con ellos durante tiempo más largo. Ahora quiero seguir ayudándolos y mantener la amistad que aprecio mucho", expresó Miloslav Stingl.
¿Cómo un checo de Praga, de un país entonces socialista, se convierte en cacique indio? Fue en 1980 cuando la tribu Kikapú presentó en la Embajada Checoslovaca en Washington su solicitud de que Miloslav Stingl fuera nombrado su cacique de honor.
Los funcionarios no sabían que hacer con la solicitud y la transfirieron a sus superiores, al Ministerio de RR. EE. checoslovaco. Tampoco en el Ministerio lo entendieron mucho. Pues llamaron a la Academia de Ciencias donde Miloslav Stingl trabajaba.
Cuando ese día, fue el 1 de abril, el investigador llegó al trabajo y la secretaria le anunció la noticia del Ministerio, Stingl pensó que nunca había escuchado una broma de inocentes más estúpida. Pero no se trató de una broma.
Los representantes de la tribu Kikapú acudieron a Praga para coronar a su cacique. Como lugar de coronación fue escogido el Monumento de la Escritura Nacional en el monasterio de Strahov, ya que allí está depositado el primer informe en checo sobre el Nuevo Mundo, imprimido en 1506 por el tipógrafo Mikulás Bakalár Stetina de Pilsen.
Como un rey, Miloslav Stingl obtuvo una corona india, el nombre Okima, que significa el que dirige, y un decreto de cacique marcado a fuego en la piel de bisonte.
Hace treinta años Miloslav Stingl escribió su primer artículo sobre los Incas titulado Mirada hacia las cimas de la organización india. Una organización perfecta que posibilitó dirigir, administrar y asegurar socialmente desde un centro un estado con una superficie de un millón de kilómetros cuadrados y con casi 15 millones de habitantes, según indican algunas fuentes, es algo por lo que el Imperio de los Incas no tiene igual entre las civilizaciones del mundo antiguo y merece nuestra admiración, opina Miloslav Stingl.
Así como los Incas, también le impresionaron al viajero e investigador checo Los Andes. La falta de oxígeno no le causó muchos problemas, y finalmente incluso jugó al fútbol con los indios en La Paz.
"En un espacio abierto, en la meseta, entre las montañas, cuando uno escucha a tocar a los músicos indígenas las típicas melodías, el sonido de las flautas es llevado a una distancia increíble. Me parece muy poético, es como si estuviera sentado por la noche en mi jardín y en la casa vecina tocara alguien el piano", cuenta el etnógrafo, viajero y escritor checo, Miloslav Stingl.