"Me gustaría que los checos fueran un poquito celosos"

Lilian Alarcón Brito

Lilian Alarcón Brito, Lily para los amigos, chilena de Talcahuano, llegó en febrero de 2006 a Praga y la suya es una historia de amor: conoció al que sería su novio, Ladislav Sobotka, que es checo, por internet. Se dieron cita en Alemania, un lugar neutral. Se gustaron, él decidió probar suerte en Santiago y ahora viven juntos en la capital checa.

Hola, Lily.

"Hola".

¿Cómo estás?

"Muy bien, gracias".

¿Cuánto tiempo llevas en Praga?

"Llevo casi dos años. Estoy acá por mi novio, que es checo".

¿Dónde se conocieron?

"Es una historia más o menos larga. Nos conocimos por internet hace muchos años, después él estuvo viviendo dos años en Chile conmigo, pero allá nunca encontró un buen trabajo. Entonces le ofrecieron un puesto mejor aquí en Praga, conversamos y decidimos venirnos a vivir o, al menos, a tratar de vivir aquí".

Así que se conocieron por internet y después decidieron verse en persona.

"Claro, pero nos vimos por primera vez en Alemania. Fue un lugar neutral, dijimos 'encontrémonos en Fráncfort'. La única razón por la que viajé a Alemania fue para conocerlo a él".

Y en ese primer viaje supongo que viniste a Praga.

"No, el viaje duró sólo una semana y fue para vernos las caras".

¿Y se gustaron?

"Claro, funcionó de inmediato, todo bien".

¿Después él decidió irse a Chile?

"Sí, como vimos que resultó entre los dos cuando nos conocimos en persona, él decidió renunciar a su trabajo en Praga y viajar a Chile y allá vivió dos años conmigo".

¿Por qué no se quedaron allá?

"Porque mi novio nunca encontró un buen trabajo".

¿Tu novio habla español?

"Sí. Cuando llegó a Chile hablaba cero, pero aprendió rápido, en tres meses ya hablaba bien español".

¿Él te enseña checo?

"Es más difícil porque ya nos acostumbramos a hablar en español, y aparte que el checo es mucho más difícil, no tiene mucha paciencia para enseñarme".

Cuando llegaste a vivir a Praga, ¿qué te causó la mayor impresión?

"El frío, la nieve".

¿Viniste en invierno?

"Claro, llegué en febrero y estaba todo lleno de nieve. En Santiago estábamos a 30 grados de temperatura y acá menos ocho, todo cubierto de nieve, me dio un shock".

¿Habías sentido tanto frío en tu vida antes?

"Nunca, nunca".

Y aparte del frío, que otras cosas te llamaron la atención.

"Me impresionó mucho la ciudad, Praga, muy bonita la arquitectura. Y también me impresionó la gente, que es muy distinta a la gente que se ve en Chile".

¿Físicamente?

"No, no. Bueno, también, pero me refiero más a la conducta, por ejemplo, a la sonrisa. En Chile, todos sonríen, el primer contacto es la sonrisa. En cambio acá, sobre todo la gente mayor, como que le cuesta, es más dura".

¿Te ha costado acostumbrarte al carácter de los checos?

"Claro. Y al idioma también, porque al principio cuando lo escuchaba parecía que la gente, en vez de hablar, estuviera como peleando (ríe). Es que al principio el idioma me sonaba así tan duro, como hostil, raro. Pero después ya me he ido acostumbrando y ya no se me hace tan raro, ya no pienso eso".

¿Qué me dices de esta relación entre un checo y una chilena? ¿Funciona?

"Claro que es posible. Ya llevamos, vamos a cumplir, el 28 de este mes, cinco años juntos, así que hasta el momento funciona bien".

¿Felices?

"Sí, felices".

¿Él es bien checo para sus cosas o ya lo has latinizado?

"No, él está un poco latinizado, primero por mí y también porque vivió dos años en Chile y tuvo harto contacto con mis amigos, mi familia. Todos los días él se relacionaba con chilenos y hablaba el español muy bien. Entonces ya se latinizó mucho, diría yo".

¿Y tú te ves viviendo en Praga el resto de tu vida?

"Sí, sí, de todas maneras, sí, me gusta acá".

¿Planeas quedarte?

"Claro. Mi idea es terminar mis estudios de sicología en Chile, me quedan dos años, y si logramos superar el obstáculo de la distancia, yo vuelvo acá a vivir".

¿Entonces te vendrías a Praga definitivamente?

"Claro, a buscar un trabajo, a tener familia, casarme, hacer vida de checa (ríe)".

¿Cocinas comida chilena acá?

"Yo soy bien mala para cocinar. De repente cocino unos porotos, una cazuela, pero nunca me quedan tan buenos así que no cocino muy seguido".

¿Es tu novio el que cocina?

"Sí, cuando queremos comer cosas ricas, cocina él. Y cuando comemos cosas como tallarines o arroz con algo, cocino yo".

¿Son celosos los checos en comparación con los chilenos?

"No, para nada. Los checos son menos diez de celosos que como son los chilenos y las chilenas".

¿Y eso es bueno o malo?

"En general es bueno, porque no tenemos problemas en ese sentido, pero a veces estaría bien un poquito de celos, un poquito, digamos (ríe)".

Bueno, muchas gracias Lily.

"Gracias a ti".

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