Marie Svatošová introdujo los cuidados paliativos de manera clandestina durante el comunismo
La doctora Marie Svatošová empezó con los cuidados paliativos a domicilio durante el comunismo en Checoslovaquia. Por aquella época se trató de una actividad clandestina, el régimen no admitía semejante tipo de atenciones en su sistema sanitario.
El primer hospicio de cuidados paliativos de la República Checa fue fundado en 1995 por la doctora Marie Svatošová, pionera de este tipo de servicio en el país. Ahora, en Chequia hay un total de 18 centros especializados en la atención de pacientes al final de la vida.
“Yo digo que acompañar a los moribundos es un arte. Aquí encontramos la diferencia entre el trabajo rutinario y lo que denominamos el arte de acompañar. En el momento en que dejemos de lado el corazón y el amor, se pierde el sentido de los cuidados paliativos”.
Como médico de cabecera, Marie Svatošová preparaba una lista con nombres y direcciones de pacientes con cáncer terminal, los visitaba en sus hogares con el propósito de ayudarles a sobrellevar el dolor. Aquella labor, con pacientes moribundos, en la que el trato humano desempeñaba y sigue desempeñando un gran papel la envolvió de tal manera, que pronto se vio sumergida por completo en los cuidados paliativos, en un principio de manera clandestina y solo a domicilio.
Su tenacidad la llevó a fundar en 1993 una asociación de cuidados a domicilio que sirvió de plataforma oficial para la posterior puesta en marcha del primer hospicio de cuidados paliativos. Los comunistas habían sido derrotados en 1989.
Antes de disponer de una parcela, un edificio o financiación, es indispensable tener a las personas adecuadas, recordó su aventura la doctora Svatošová a la Radio Checa.
“Hay que empezar a buscar personas, sin ellas nada es posible. Y deben ser personas de gran corazón. Hace poco, escuché que alguien sugería que debemos dejar el corazón de lado y concentrarnos solo en el aspecto profesional. Claro que los profesionales son indispensables por ejemplo, a la hora curar el dolor, pero si nos quedamos a esa altura, realizaríamos solo una suerte de trabajo rutinario”.
A lo largo de toda su carrera profesional, la doctora Svatošová siempre ha hecho hincapié en la importancia del diálogo con los pacientes, la compañía y las expresiones de esperanza y amor.
“Yo digo que acompañar a los moribundos es un arte. Aquí encontramos la diferencia entre el trabajo rutinario y lo que denominamos el arte de acompañar. En el momento en que dejemos de lado el corazón y el amor, se pierde el sentido de los cuidados paliativos”.
De acuerdo con la especialista es fundamental crear condiciones para que la persona al final de la vida consiga reconciliarse con sus familiares y consigo misma.
Desde su punto de vista, el hospicio de cuidados paliativos puede ayudar a los pacientes de muchas maneras. Ellos pueden reorganizar sus pensamientos, perder el miedo a la muerte y comprender sin temores que la vida terminará un día. En su conjunto, estos centros especializados pueden brindar un aporte en la transformación paulatina de la sociedad, estima Svatošová.
Entre los libros escritos por la doctora Marie Svatošová destacan El hospicio y el arte de acompañar, Es normal creer, ¿Nos ocupamos de las necesidades espirituales de los enfermos? y la entrevista-libro del periodista Aleš Palán, No tengas miedo de volver a casa, sobre la cercanía de la muerte.
En 2002, el presidente Václav Havel galardonó a la doctora Svatošová con la Medalla al Mérito, seis años después recibió la Medalla de San Venceslao, del Congreso, en 2015 nuevamente la Medalla al Mérito, de manos del presidente Miloš Zeman y hace dos años la Orden de Caballería de los Médicos Checos, que entrega la Asociación Médica Checa.