Marcel Flemr, el bluesman checo enamorado del yoga

Foto: web oficial de Marcel Flemr

En el programa de hoy seguirá con su serie dedicada al jazz de la República Checa. En esta ocasión hablaremos del bluesman Marcel Flemr, uno de los nombres más habituales de la escena nocturna praguense.

Foto: web oficial de Marcel Flemr
Si hablamos del blues checo, y especialmente de la escena praguense, es imprescindible nombrar el trabajo de Marcel Flemr, conocido por compartir escenario o estudio de grabación con maestros internacionales del género como Hubert Sumlin, Phil Guay, Kenny Wayne y muchos otros, o con piezas claves de la escena checa como Roman Pokorný, Emil Viklický o Jan Kořínek.

Dedicado sobre todo a trabajos ajenos como sideman, Flemr decidió por fin en 2006 fundar su propio grupo, la Marcel Flemr band, en la que canta en inglés y toca la guitarra, y con la que además de cubrir versiones de los clásicos aporta sus propias composiciones.

El repertorio de Flemr consiste básicamente en blues eléctrico estadounidense, con influencias básicamente de T-Bone Walker, Johnny Guitar Watson, B.B. King, Albert Collins o John Lee Hooker, por poner algunos ejemplos, y de los más contemporáneos Robert Cray, Buddy Guy y Otis Grand.

Una pausa para componer, y para hacer yoga

Su frenético ritmo de trabajo llevó a Flemr a realizar unos 25 conciertos mensuales, principalmente como parte de los proyectos de otros artistas. Este “camino al infierno”, como describe él mismo, acabó por fin recientemente y ahora el guitarrista se dedica casi exclusivamente a las actuaciones de su propia banda y aprovecha el tiempo libre para encerrarse en el estudio y preparar su primer disco como compositor principal.

La excepción son las colaboraciones de lujo, llevadas a cabo con personalidades del blues como Big Bill and Mud Morganfield, Dede Priest o el mencionado Otis Grand.

Una cantidad nada desdeñable de tiempo es invertida también en preparar el repertorio de la banda y elegir las piezas que versionará en directo, tratando de que sintonicen con el espíritu del grupo y encajen con los temas propios, formando un todo.

Por último, la reducción de la frecuencia sobre el escenario ha permitido a Flemr retomar otra de sus grandes pasiones junto con la música: el yoga. El bluesman es maestro de la modalidad Ashtanga Vinyasa, que en su opinión le ayuda a compensar el poco saludable estilo de vida que lleva como músico.

Autor: Carlos Ferrer
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