Mal de las "vacas locas" atemoriza a los checos
Los checos han comenzado a eliminar de su menú la carne de res. Así reaccionan al temor de que el mal de las "vacas locas" se expanda hasta este país, luego de que fueran registrados en Alemania los primeros casos de reses afectadas por esta enfermedad.
Esta amenaza se ha manifestado en los restaurantes checos con una notoria disminución en el consumo de platillos con carne de res. Duenos de algunos establecimientos coinciden en que la demanda por estas comidas ha disminuido hasta en un diez por ciento. "Se trata de una reacción momentánea a las informaciones publicadas recientemente sobre la veloz expansión de esta enfermedad", explica Sylvio Spohr, presidente de la Asociación de Empresarios checos de la Hostelería.
Spohr no descarta la posibilidad de que, en caso de persistir en los checos el temor al mal de las "vacas locas", sean retiradas por completo de la carta aquellas comidas que lleven carne de vacuno. Por ahora, no obstante, esta alternativa no ha sido considerada por la Asociación.
Los más afectados han sido, sin embargo, las pequenas carnicerías. Algunos duenos de estos establecimientos han expresado su preocupación por el rápido descenso en la demanda de la carne. "Estamos vendiendo casi la mitad de lo que solemos vender", decía ayer uno de los afectados. Los carniceros advierten que la población checa tiene informaciones tergiversadas acerca de la encefalopatía espongiforme bovina, como se llama científicamente esta enfermedad. La gente piensa que el contagio se produce al consumir carne mal cocinada y que al prepararla en casa disminuye el riesgo de contraerla.
Aunque hasta el momento no se ha detectado en la República Checa ningún caso de vaca afectada, ya se han comenzado a tomar rigurosas medidas para prevenir la eventual expansión de esta enfermedad en el país. Veterinarios han comenzado a controlar tanto el ganado vacuno checo, como la carne que se importa desde otros países. De confirmarse el caso de un animal contagiado, se procede inmediatamente a su aniquilación y luego se le extraen tejidos, principalmente del cerebro, para ser posteriormente analizados.
Especialistas checos confiesan que los métodos de análisis utilizados hasta la fecha no habían sido los óptimos. En este país, al igual que en el resto de las naciones de la Unión Europea, se realizarán a partir del próximo ano rigurosos tests a grupos mayores de animales.