Lucha contra el alcoholismo

En la República Checa, donde los bebedores pueden escoger entre 50 tipos de cerveza y la producción de las destilerías es de extraordinaria calidad, ser abstemio es bastante díficil. A pesar de ello, la abstinencia y la lucha contra el alcoholismo cuentan en las tierras checas con una larga tradición.

Durante la Primera República Checoslovaca existía en el país la llamada Unión de Abstemios que publicaba la revista denominada "Por una nación superior".Y había también abstemios ilustres, como el primer presidente checoslovaco, Tomás Garrigue Masaryk.

No obstante, el profesor Jaroslav Skála, especialista en la lucha contra el alcoholismo, dice que es un mito afirmar que Masaryk se abstenía de beber alcohol por razones morales. "Él dejó de beber por razones puramente pragmáticas. Es que Masaryk estaba convencido de que que el alcohol despertaba en él la agresividad", comenta el profesor Skála.

Otro ilustre abstemio de la Primera República Checoslovaca era el empresario Tomás Bata, que se abstuvo de ingerir bebidas alcohólicas incluso en su boda. También el ministro de Relaciones Exteriores, Eduard Benes, rechazaba las bebidas alcohólicas, a pesar de que en las frecuentes recepciones a las que debía asistir, las tentaciones abundaban. De otro célebre abstemio, el portero de la selección nacional checa de fútbol, Frantisek Plánicka, se decía que no bebía por ser tacaño.

El profesor Jaroslav Skála, de 85 años, que había sido un buen bebedor en su juventud, no ingiere bebidas alcohólicas desde hace 50 años."Yo no era un dependiente, pero sí un bebedor", recuerda el médico.

¿Y cómo fue que dejó de beber? Jaroslav Skála fue al hospital donde trabajaba una vez directamente de una farra y su asistenta -que después sería su mujer- le preguntó si había considerado también la posibilidad de que los efluvios alcohólicos pudieran molestar a los pacientes. El médico rumió durante una semana lo que le había dicho su asistenta, y acabó optando por la abstinencia.

El profesor Jaroslav Skála es el pionero del tratamiento para la desintoxicación de alcohólicos. Uno de sus pacientes fue el prestigioso director de cine checo, Martin Fric, que dejó de beber alcohol en los últimos cinco años de su vida. A las fiestas que daba el cineasta en su residencia antes de hacerse abstemio solían acudir unas 200 personas. Sin embargo, cuando Fric dejó de servir bebidas alcohólicas en ellas, a sus fiestas sólo solían asistir siete personas.

Otro paciente del profesor Skála, un ministro de la época del socialismo real, se quejaba que después de dejar de beber alcohol con su colegas del Gabinete, no tenía acceso a importantes informaciones que se intercambiaban sólo con una copa en la mano. Como abstemio, estaba fuera del juego.

Los alcohólicos que se sometieron en la República Checa a un tratamiento de desintoxicación y renunciaron a las copas, no lo tienen fácil. Otro de los pacientes del profesor Skála, uno de los mejores jinetes checos, se desempeñaba, tras concluir la carrera, como gerente de una caballeriza. Cuando trataba, alcoholizado, con los clientes, éstos lo tenían por un gran perito. Después decidió someterse a un tratamiento de desintoxicación. Al retomar, ya abstemio, sus actividades, los clientes dejaron de acudir a la caballeriza ya que no tenían confianza en un ex alcohólico.