Praga prohíbe los pub crawls organizados por agencias turísticas

La ciudad de Praga ha decidido poner fin a los recorridos nocturnos por bares, conocidos como pub crawls, organizados por agencias especializadas, debido a las crecientes quejas de los residentes del centro por el ruido y los disturbios causados por turistas ebrios.

Foto ilustrativa: Michael Discenza,  Unsplash

El Ayuntamiento de Praga aprobó la prohibición de los pub crawls organizados por agencias turísticas, una práctica que consiste en llevar a grupos de turistas de bar en bar en las zonas más concurridas de la ciudad. La regulación, que entró en vigor esta semana, responde a las reiteradas quejas de los habitantes del distrito de Praga 1, la zona más afectada por los disturbios y el ruido nocturno causado por los turistas en estado de ebriedad.

Las autoridades locales han señalado que el objetivo de la medida es recuperar el orden en el centro de la ciudad, donde los residentes han denunciado que los grupos de turistas, en su mayoría jóvenes, generan ruidos excesivos y comportamientos inapropiados durante sus recorridos por los bares. La situación se ha agravado con el aumento del llamado "alcoturismo", un fenómeno en el que visitantes extranjeros acuden a Praga exclusivamente para consumir alcohol en grandes cantidades.

El vicealcalde de Praga, Zdeněk Hřib, comentó la medida en comunicación con la Radio Checa.

Zdeněk Hřib | Foto: Michaela Danelová,  Český rozhlas

“A partir de ahora, el llamado pub crawl (recorridos por bares) queda prohibido. Esto significa que no será posible realizar esta actividad cuando esté organizada por una  agencia, pero quedan exceptuados los paseos que van acompañados por intérpretes o guías. La medida rige entre las 06:00 h y las 22:00 h”.

Un intento por recuperar el corazón histórico

Esta regulación forma parte de una enmienda a las normativas comerciales de la ciudad que busca proteger tanto la tranquilidad de los residentes como la imagen internacional de Praga.

El impacto negativo de los pub crawls no se limita solo a la contaminación acústica y a los comportamientos descontrolados. Según el Ayuntamiento, estos eventos también sobrecargan los servicios municipales, ya que se requiere un mayor despliegue de limpieza y policía, lo que supone un gasto considerable para la ciudad. Además, las autoridades destacan que la percepción de inseguridad que generan estos turistas ebrios puede afectar tanto a los ciudadanos como a los posibles inversores y visitantes, deteriorando la reputación de la capital checa.

En 2023, Praga recibió 7.4 millones de turistas, un 25% más que el año anterior, lo que ha incrementado la presión sobre las infraestructuras urbanas. Con la nueva regulación, la ciudad espera mitigar los problemas derivados del exceso de turismo, promoviendo un entorno más ordenado y seguro para sus residentes y visitantes.

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