Los turistas convierten a los Montes Gigantes en un gran basurero
La creciente afluencia de viajeros a las montaňas checas, además de ayudar al desarrollo del sector turístico, tiene su lado negativo. Y este es la gran cantidad de basura que los visitantes dejan en la naturaleza.
Los Montes Gigantes (Krkonoše), que se extienden en el noreste de Bohemia y fueron declarados Parque Nacional, son visitados todos los años por un gran número de turistas, tanto en verano como durante las demás temporadas. Este aňo su cantidad se incrementó en hasta un 20%, lo que se debió sobre todo a la pandemia del coronavirus. Esta, junto con el cierre de las fronteras de numerosos países, obligó a los checos a quedarse este verano en casa y disfrutar de las amplias posibilidades de recreo en Chequia.
No obstante, no todos los turistas que visitan las montaňas son disciplinados y respetan las normas que rigen en las zonas naturales protegidas como son, por ejemplo, los Montes Gigantes.
La cantidad de deshechos dejados allí por los excursionistas aumentó un 40% este aňo en comparación con los anteriores y es la mayor registrada en los últimos 25 aňos.
Como dijo a la Televisión Checa Radek Drahný, portavoz del Parque Nacional de los Montes Gigantes (KRNAP), este incremento está estrechamente relacionado con la mayor afluencia de los turistas a esta zona.
"La cantidad de basura depende en gran medida del creciente número de visitantes. Si la cantidad de estos disminuyera un 10% digamos, también el problema con los desechos sería menos grave. Los Montes Gigantes son uno de los lugares más concurridos en Chequia y uno de los Parques Naturales más visitados de Europa Central”.
En la zona del Parque Nacional de los Montes Gigantes no hay basureros en la naturaleza, porque como dijo Drahný, estos recipientes alterarían el ambiente local, además de que los fuertes vientos que suelen soplar allí harían volar los desechos de forma incontrolada por la zona.
A pesar de este problema, la administración de KRNAP no medita la adopción de medidas contra los turistas indisciplinados, sino que confía en el cambio de comportamiento de las propias personas que visitan el lugar, sostuvo Radek Drahný.
“En las montaňas y, especialmente, en un parque nacional, debería ser respetada la regla de que todo lo que un visitante trae al lugar también debe llevárselo al marcharse. Esta regla la conoce cada turista honrado y la respeta. Tratamos de transmitirlo a todos los visitantes que llegan a los Montes Gigantes, porque ni la administración del Parque Nacional local ni tampoco otra institución tienen personal, ni recursos, como tampoco la posibilidad de asegurar un servicio de recogida de basura para los visitantes de esta sierra”.
El recogido de basura en las montaňas es complicado y, a la vez, bastante costoso también para los restaurantes, pensiones, chalets y hoteles situados en esas zonas, según recalcó para la Televisión Checa Klára Sovová, propietaria del más grande y popular chalet de montaňa en los Montes Gigantes, Luční Bouda.
"Deseamos tenerlo aquí todo limpio por lo que también nuestros empleados cuando ven un papel tirado por el suelo lo recogen y lo tiran en un basurero o contenedor. Pedimos también a los visitantes de estas montaňas que cuando tengan algo para tirar a la basura que se sirvan de nuestros contenedores en vez de botarlo en las afueras, en la naturaleza. Nosotros ya nos ocuparemos de llevar los contenedores a un vertedero”.
De los restaurantes y otros establecimientos situados en lo alto de los Montes Gigantes habrá que bajar ahora, al igual que otros años en esta temporada, varias toneladas de desechos. También habrá que recogerlos en la naturaleza donde se quedaron como un triste recuerdo de los turistas. En vista del encarecimiento de los productos alimentarios, muchas personas suelen salir de excursión con paquetes de comida para no tener que pasar por un bufé o un restaurante. Y los restos de su comida, así como servilletas y bolsas de plástico las dejan tiradas junto al camino. Los especialistas calculan que este aňo la liquidación de los desechos en los Montes Gigantes podría llegar a costar de 7 a 10 millones de euros.