Los taxistas de Praga vuelven al ataque

Conocidos internacionalmente por su falta de honradez, los taxistas de Praga han puesto en práctica un nuevo y sofisticado truco para robar a los clientes.

Los taxistas de Praga han vuelto al ataque. Su mala fama ha sido tal que en un momento las guías turísticas incluían advertencias para que los viajeros tuvieran mucho cuidado, porque de seguro los taxistas de la capital checa intentarían robarles.

Ahora el timo de los taxistas praguenses es que a la hora de cobrar suelen decir que no llevan dinero, pero que aceptan tarjetas de crédito. El cliente entrega su tarjeta, el conductor la pasa por la terminal y le pide que introduzca el número de PIN, después de unos instantes el taxista dice que hubo un problema con la transacción y devuelve la tarjeta.

A simple vista todo está en orden. La realidad es, sin embargo, muy diferente y el cliente se da cuenta de que fue timado cuando trata de usar su tarjeta y se percata de que el taxista le entregó una tarjeta que no es la suya.

Con la tarjeta todavía en la terminal, el taxista cambia el precio original y se dio el caso que en lugar de 30 euros lo alteró a 300 euros.

Foto: Štěpánka Budková
Se trata de un robo premeditado y el modus operandi de los taxistas es siempre el mismo, según cuenta el presidente de la Asociación ciudadana de dueños de tarjetas de crédito, Karel Kadlčák.

“Todos los casos reportados ocurrieron durante la noche. Los taxistas aprovecharon la mala visibilidad para cometer el delito”, sostuvo Kadlčák.

Ninguna de las personas afectadas ha podido identificar a los ladrones y lo peor es que ni siquiera pueden decir a ciencia cierta el nombre de la compañía de taxis.

La Alcaldía de Praga se ha enfrentado en más de una ocasión al gremio de los taxistas, pero en la mayoría de los casos ha salido muy parada. En una oportunidad el entonces alcalde mayor de Praga, Pavel Bém, se disfrazó y se hizo pasar por turista extranjero. Tomó un taxi en el centro de la ciudad y pudo comprobar en carne propia que, además de llevarle por la ruta más larga, el taxista le pidió una cantidad astronómica.

Las agencias de viajes han presentado un sinnúmero de quejas de sus clientes, al igual que el público en general, pero pareciera que se trata de un grupo de intocables.

El director de la Asociación de Agencias de Viajes, Tomio Okamura, denunció en su momento que los taxistas de Praga son los únicos del mundo que instalan los taxímetros de tal manera que quedan ocultos para el cliente. Otra situación que favorece a los taxistas es la carencia de una delineación seria y rígida de zonas y tarifas en las ciudades.

Praga, con millones de turistas al año, sigue siendo una de las ciudades europeas que reporta grandes problemas con el servicio de taxis. Por el momento la única posibilidad de reducir los abusos es dirigirse a las grandes empresas de taxis, contratar el servicio por teléfono y preguntar el precio por adelantado.

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