Los niños checos esperan la llegada de San Nicolás

San Nicolás visita los hogares de los niños checos. Acompanado por el ángel y el diablillo, el santo patrón de los niños, estudiantes, matrimonios y marineros, obsequia esta noche regalos a quienes se portaron bien y a los traviesos les entrega carbón.

En vísperas del día de San Nicolás, la República Checa de llena de personas disfrazadas de este santo, de ángeles y diablillos que recorren las calles. En la antigüedad solían sumarse a estos recorridos húsares, deshollinadores, un judío, un moro y la temida vieja del costal, que amenazaba con llevarse a los niños que se habían portado mal. Mientras que la misión de estas pintorescas figuras era la de castigar a los pequeños, el buen San Nicolás recorría las calles repartiendo alegría y obsequiando pan de especias.

Hoy en día los niños reciben en vísperas del día de San Nicolás, pequeños obsequios, dulces o fruta. Mientras que los más pequeños temen la visita del diablo, los más grandes gozan saliendo disfrazados a las calles.

San Nicolás nació supuestamente hacia el ano 250 en una familia cristiana de la ciudad de Patara, en Asia Menor. Tras la muerte de sus padres repartió una parte de sus bienes entre los pobres. Más tarde fue nombrado obispo y en tiempos del emperador Dioclesiano estuvo en prisión.

La generosidad de San Nicolás se hizo proverbial. Lo testimonia una leyenda que reza que en una ocasión obsequió regalos a tres hijas de un padre cargado de deudas.