Los lobos vuelven a la República Checa después de más de un siglo desde su desaparición
Los lobos están volviendo poco a poco a la República Checa más de cien años después de ser erradicados del territorio.
En 2020 había catorce manadas y ocho parejas. Y en 2021 esperamos ver un leve aumento en estos números. En cuanto a los individuos, creo que podría haber entre 60 y 80 lobos solitarios en este momento
Desde mediados del siglo XIX, los lobos fueron totalmente exterminados del actual territorio de la República Checa. Esto está cambiando estos últimos años, ya que están volviendo a los bosques de la región de Bohemia. Radio Praga Internacional ha hablado con Jakub Čejka, biólogo de la Agencia para la Conservación de la Naturaleza y la Protección del Paisaje, sobre su entorno y la convivencia con los habitantes del área.
Según Čejka, los lobos reaparecieron por primera vez en la década de los 90, en la frontera con Eslovaquia, en las montañas Beskydy. Más tarde, y aproximadamente desde 2010, comenzaron a extenderse hacia el norte y el suroeste de Bohemia desde las regiones vecinas del este de Alemania y sur de Polonia. Comenzaron a reproducirse nuevamente en territorio checo en 2014, en la antigua zona militar de Ralsko, y en 2016 en el área natural protegida de Broumovsko.
“Los últimos datos que tenemos son de 2020 porque los datos de 2021 aún no están completamente analizados. En 2020 había catorce manadas y ocho parejas. Y en 2021 esperamos ver un leve aumento en estos números. En cuanto a los individuos, creo que podría haber entre 60 y 80 lobos solitarios en este momento”.
Al ser preguntado sobre el entorno al que los lobos están regresando, el biólogo explica que, lamentablemente, nunca están lo suficientemente lejos de la civilización. Aun así, en toda Europa estos depredadores están mostrando una notable capacidad para adaptarse y vivir en un entorno muy moldeado por los humanos.
En los últimos años, se han expandido a áreas agrícolas en el oeste de Alemania, pero en la República Checa habitan generalmente en las regiones montañosas boscosas. No obstante, y especialmente en periodo de migración, se pueden encontrar en casi cualquier parte del país, excepto en las áreas densamente pobladas.
Sobre los problemas que causan en granjas y zonas rurales, Čejka apunta que los daños se suelen sobredimensionar. Acorde con los informes publicados hasta el momento, los animales de granja forman del uno al cinco por ciento de las presas de los lobos. Por tanto, aunque estos depredadores no puedan distinguir entre presas salvajes y animales de granja, existen medidas efectivas que se pueden tomar para prevenir estos poco habituales ataques. El biólogo apunta a la importancia de un cercado adecuado, de malla eléctrica y con una altura suficiente. Esas medidas, idealmente combinadas con un perro pastor para cuidar el rebaño, funcionan bien para evitar daños.
En los últimos años, se han expandido a áreas agrícolas en el oeste de Alemania, pero en la República Checa habitan generalmente en las regiones montañosas boscosas. No obstante, y especialmente en periodo de migración, se pueden encontrar en casi cualquier parte del país, excepto en las áreas densamente pobladas.
Otro tema controvertido es el miedo a los ataques de estos animales, tan estigmatizados por la cultura popular. No obstante, el biólogo considera que el peligro real es muy bajo.
“Hay diversos estudios sobre este tema, uno en 2000 y otro en 2020, que indican que ha habido casos de lobos atacando a humanos, pero en la mayoría de casos ha sido porque los animales estaban heridos o enfermos. Lo que también puede pasar, aunque no es el caso de la República Checa, es que haya pueblos o zonas habitadas con contenedores de basura cerca de los bosques. En estos casos, los lobos pierden su timidez y muestren un comportamiento inusualmente peligroso hacia los humanos. Pero hay tiempo para adaptarse a estos comportamientos”.
Las manadas que se han ido formando en la República Checa están, según Čejka, permanentemente establecidas en el país, ya que los lobos son animales territoriales. No obstante, y dado que viven en áreas cercanas a la frontera, su territorio a menudo se superpone con otros estados. Cada una de las manadas suele estar formada por de tres a siete individuos, y recorre un territorio de 100 a 300 kilómetros cuadrados según la abundancia de presas o la morfología del área.
La reintroducción de lobos en Europa se debe a un esfuerzo generalizado. Una de las causas subyacentes de su reciente propagación es que los lobos se han convertido en una especie protegida en la mayoría de los estados europeos. Todavía hay países que permiten su caza, pero en Europa Central y Occidental la población de estos animales está protegida por legislación, Además, desde 1992 la Directiva Europea de Hábitat designa lugares especiales para su protección. En la República Checa, por ejemplo, existe Beskydy, espacio Natura 2000.
Los lobos son los llamados depredadores principales, es decir, no hay otro depredador que se aproveche de ellos; solo los humanos tienen los medios para matarlos y así regular su población. Sin embargo, los lobos mismos también tienen un mecanismo interno que regula su número, que está relacionado con la disponibilidad de alimentos, la abundancia de presas y el estrés en la manada. Si hay poco suministro de alimentos y muchos lobos en el área, esto provocará peleas entre ellos. También es posible que debido a esto las hembras no conciban crías o que las crías no sobrevivan. O bien, que los individuos jóvenes migren lejos de los territorios sobrepoblados para establecerse. Esto es lo que está sucediendo ahora en la República Checa.
Sobre su importancia para el equilibrio del ecosistema, el biólogo apunta que tienen un peso importante en el control de otras poblaciones. Por esta razón, está prohibido cazar lobos en el país, aunque hay excepciones concretas.
“Tienen un papel muy valioso en la regulación de jabalíes, ciervos y corzos que viven en nuestro territorio. Estas especies dañan los cultivos. Por tanto, el regreso de los lobos se ve como una de las posibles soluciones para reducir el número de estos otros animales. Esto también tiene una repercusión positiva para la regeneración de los bosques, ya que estas especies dañan los árboles jóvenes”.
Para Čejka, su esperanza para el futuro de los lobos en la República Checa es que los humanos aprendan a vivir en equilibrio con ellos, y, por tanto, que se acepte y respete su presencia como parte integral del patrimonio natural.