Los funcionarios ganan una batalla pero no la guerra

Foto: ČTK

Tras la manifestación de este martes, en la que participaron unos 40.000 trabajadores públicos, los sindicatos han conseguido arrancar del Gobierno una demora en la reforma de las tablas salariales. Sin embargo el gabinete de Petr Nečas sigue insistiendo en recortar los sueldos un 10 por ciento.

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Policías, bomberos, funcionarios de los ministerios, como estaba previsto, pero también administrativos de todas las oficinas públicas, personal sanitario y docente o inspectores de hacienda. La participación en la manifestación de este martes en Praga contra los recortes salariales tuvo una asistencia dos veces superior a la prevista.

Con el contundente respaldo de estos 40.000 trabajadores públicos, los sindicatos disfrutaron de una posición favorable en la reunión de este miércoles con el Ministerio de Trabajo. De hecho, uno de los principales temas de la polémica, la reforma de las tablas salariales, puede quedar de momento relegado, como declaró posteriormente el ministro del ramo, Jaromír Drábek.

Jaromír Drábek
“Los representantes sindicales han ofrecido que se busque una solución tranquila y objetivamente, en grupos de trabajo, por un periodo de tiempo más largo, de forma que la reforma del sistema funcionaría a partir de 2012. En principio estoy de acuerdo con la propuesta, con la condición de que para el año 2011 se extienda a toda la Administración Pública el sistema escalonado de bonificaciones, que ya funciona por ejemplo en Sanidad”.

Este sistema permitiría escoger las bonificaciones salariales para un funcionario de entre una serie de escalones, de acuerdo a los factores que acuerden la respectiva Administración y los sindicatos, y no estrictamente según un criterio de antigüedad, como hasta ahora.

La contrapropuesta del ministro no es del agrado de los sindicatos, que consideran que los años de servicio deberían quedar reflejados en las bonificaciones. Drábek argumenta por su parte que la reforma es inevitable y que, en cualquier caso, no tiene por qué suponer una rebaja de los sueldos. Otro cantar es el recorte salarial del 10 por ciento, el detonante principal de la manifestación. Drábek no está dispuesto a negociarlo, como subrayó tras la reunión.

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“El Gobierno se comprometió en su momento con su programa, el mismo con el que se ganó la confianza de la Cámara de Diputados. Prometimos que reduciríamos los gastos en salarios a funcionarios en un 10 por ciento. Este objetivo no lo vamos a cambiar. Sin embargo se puede negociar en qué medida se va a reducir el número de funcionarios, cómo se van a ajustar los salarios en cada caso particular. No se tiene por qué llegar a un descenso de sueldo igual para todos los trabajadores del sector público”.

Por su parte, el Partido Socialdemócrata, en la oposición, cree que la rebaja salarial es innecesaria y que de momento solo es imprescindible una congelación salarial. El presidente checo, Václav Klaus, apoyó la posición del Gobierno y se reafirmó en su apoyo a la política de ahorros en la Administración Pública.