Los checos son cada vez más solidarios a pesar del mal momento económico
Los checos, como sociedad postcomunista, suelen ser considerados como una sociedad escéptica a los actos solidarios, desconfiados hacia las organizaciones sin ánimo de lucro, defensores de que la gente se debe ayudar a si misma o, en el peor de los casos, ser ayudados por el Estado. Sin embargo, las estadísticas indican que esta visión queda muy alejada de la realidad.
“Entre el 2010 y el 2011 las donaciones se han incrementado otra vez. El año pasado las donaciones crecieron entre un 5% y un 6%. Este incremento se debe principalmente a un aumento en las donaciones corporativas que, sorprendentemente, ha sido el sector que ha experimentado un mayor crecimiento en los últimos años. Y es que las donaciones de las corporaciones casi aumentaron un 11% en el año 2011”.
Además de la poca tradición caritativa de la República Checa, sus donantes presentan una peculiaridad. Y es que, mientras que en países tradicionalmente solidarios, como los Estados Unidos o Gran Bretaña, los máximos donantes forman parte de la clase alta, en la República Checa la clase alta sólo conforma un tercio de las donaciones, mientras que la clase media y la clase baja proporcionan los dos tercios restantes. Cabe destacar que las organizaciones checas siempre han recibido fondos públicos y es por eso que hay una escasa tradición solidaria. Sin embargo, se prevé que los fondos europeos se reduzcan de forma inminente, lo cual significa que las fundaciones checas tendrán que empezar a buscar métodos para conseguir donantes. De momento, las empresas empiezan a emerger en el ámbito de las donaciones, puesto que están buscando áreas relacionadas con sus negocios en las que poder contribuir. Sin embargo, la transmisión del sentimiento caritativo hacia los ciudadanos checos sigue siendo el objetivo principal de las ONG’s para así asegurarse un crecimiento constante en el ámbito de la solidaridad.