Los bosques checos mueren
Las montañas Orlické, en Bohemia Oriental, se han visto afectadas últimamente por una catástrofe ecológica:en la sierra mueren árboles en millares de hectáreas. En esta edición les hablaremos precisamente de la precaria salud de las florestas checas.
Más a menudo se señala como causa de la catástrofe el que en el pasado invierno la sierra haya sido afectada por una inusual cantidad de emisiones contaminantes. Una especie de azote químico, dicen los expertos del Ministerio de Agricultura checo. Se ignora todavía de que fábrica salió la nube venenosa.
Los síntomas de que los árboles hayan sido intoxicados, son insólitos. Antes perdían las agujas las píceas más viejas, ahora resultan más dañadas las píceas jóvenes cuyas agujas caen tras adquirir un color rojizo y pardo.
Las pasadas décadas, cuando la conciencia ecológica era inexistente, dejaron a las montañas Orlické muy debilitadas. En el suelo se registra un elevado nivel de contaminantes y los árboles mueren en la sierra desde hace varios años, pero jamás el estado de los bosques resultó tan dañado como ahora.
Las montañas Orlické ponen en evidencia que la salud de los bosques checos es una de las peores en Europa. La realidad desmiente los pronósticos optimistas de los años 90 en que las centrales térmicas, plantas químicas y otras empresas instalaron equipos de desulfuración de las exhalaciones y de ello se esperaba una radical mejora de la salud de los bosques checos.Ello no fue así y esta muerte de los árboles en las montañas Orlické es ya el segundo caso de catástrofe ecológica en los bosques checos en la última década:En el invierno de 1995-1996 resultaron dañadas 23 mil hectáreas de píceas en los Montes Metálicos, en el noroeste de Bohemia. 2 mil 500 hectáreas de bosque se secaron.
En los años 90 disminuyeron efectivamente las emisiones de sustancias contaminantes: Las de anhidrido sulfúrico en casi un 90 por ciento y las de óxidos de nitrógeno entre el 30 y el 40 por ciento.
Sin embargo, la cantidad de los contaminantes que minan la salud de los bosques checos sigue siendo todavía muy elevada en comparación con la que se registra en las regiones montañosas de los países eurooccidentales. Y parece que para los próximos años no se pueda esperar una significativa disminución de los contaminantes.La acidificación de los terrenos, causada por la deposición de sustancias nitrógenas, no disminuye y en algunos lugares hasta aumenta, quebrantando la salud de los bosques. Ello se debe al vertiginoso crecimiento del automovilismo en la República Checa en la última década.
Los expertos opinan que la única solución ecológicamente sostenible consiste en reforestar las montañas checas con bosques mixtos en los que predominen los árboles de hoja caduca, más resistentes a las deposiciones de azufre y de nitrógeno. Las montañas no aguantan las monoculturas de píceas, dicen los especialistas.