Leoš Janáček, la música clásica surgida del folclore moravo

Leoš Janáček

Leoš Janáček, junto a Federico Smetana y Antonín Dvořák, es uno de los grandes nombres que ha dado la cultura checa a la música clásica universal. El más joven de los tres compositores se particularizó por su amor al folclore de su tierra, Moravia, que llevó al campo de la música clásica.

Leoš Janáček
Leoš Janáček nació en Hukvaldy en 1854. Precisamente la música popular, el canto y el folclore de esa zona en el noreste de Moravia, así como el de la Eslovaquia morava, tuvieron mucha influencia en la obra del músico, considerada tanto en su época como en la actualidad, original y moderna.

La ‘Suite para Orquesta de Cuerda’, de 1877, es una de las primeras composiciones instrumentales de Janáček, obra que popularizó en gran medida Antonín Dvořák.

Profundizando en la influencia de las músicas folclóricas moravas, pero también por las ‘Danzas Eslavas’ de Antonín Dvořák, Janáček compuso la que es considerada su primera obra de madurez, las ‘Danzas Lacchianas’. La sexta y última danza, ‘Pilky’, se inspira en una canción popular sobre los preparativos acelerados de las familias campesinas de cara al invierno.

Leoš Janaček también dejó para la posteridad numerosas óperas. Entre ellas destacan ‘Káťa Kabanová’, ‘La Zorrita Astuta’, ‘De la Casa de los Muertos’, pero sobre todo ‘Jenůfa’, inspirada en la obra de teatro ‘Su hijastra’, de Gabriela Preissová.

Janáček concluyó ‘Jenůfa’ en 1903 y un año después, la estrenó en Brno. A pesar de su éxito, a Praga no llegó hasta 1916, cuando se presentó en el Teatro Nacional. Desde allí comenzó a dar la vuelta al mundo, pasando por las mejores salas del globo. Hasta hoy día, es una de las óperas checas más apreciadas en todo el mundo.

Otra de las grandes influencias en la obra de Leoš Janáček es la literatura, la rusa en particular. La rapsodia sinfónica ‘Taras Bulba’ surgió durante los años de la Primera Guerra Mundial, basándose en la novela de ese nombre de Nikolái Gógol. ‘La Muerte de Ostapov’ es uno de los momentos cumbre de dicha obra.

En 1926, dos años antes de su muerte a los 74 años de edad, compone Janáček dos de sus más importantes obras: ‘Sinfonietta’ y la ‘Misa Glagolítica’, estrenadas a la vez en Praga el 26 de junio de 1926.

Sinfonietta es una obra festiva inspirada por las grandes orquestas y dedicada a las Fuerzas Armadas Checoslovacas. Cada una de las partes tiene una instrumentación completamente distinta. En la primera parte, ‘Allegretto’, destaca la festividad de las fanfarrias.

'Misa Glagolítica'
La ‘Misa Glagolítica’ es una composición para solistas (soprano, tenor, contralto y bajo), doble coro y órgano. La misa está escrita en eslavo eclesiástico y hace homenaje a los Santos Cirilo y Metodio, que dotaron a la lengua eslava de un alfabeto en Moravia, el glagolítico, que posteriormente daría paso al cirílico, y tradujeron las Escrituras y los ritos eclesiásticos.

En pleno fervor nacionalista, escrita pensando en el décimo aniversario de la República de Checoslovaquia, la ‘Misa Glagolítica’ resumirá la visión musical del genio Leoš Janáček en una de sus composiciones cumbre.

Leoš Janáček quiso poner música a la grandeza del río Danubio, arteria principal de toda Europa, y que bañaba parte de la frontera meridional de la entonces Checoslovaquia, pasando por Bratislava.

La bella sinfonía ‘El Danubio’ quedó por desgracia incompleta, ya que el 12 de agosto de 1928 sobrevino la muerte al compositor.