Leos Janacek, el león de melena blanca

Leos Janácek, 1904

Este año conmemoramos el 150 aniversario del nacimiento de uno de los genios de la música checa - Leos Janácek. En Radio Praga les ofrecemos un programa especial dedicado a este gran compositor, "el león de melena blanca", como apodaron a Janácek los autores de su película biográfica, debido a la tupida cabellera plateada que coronaba su cabeza y al carácter fuerte con el que superaba las adversidades del destino.

La casa de Janácek en Brno
El ciclo para piano "Por el sendero cubierto", cuyas primeras siete composiciones surgieron en el año 1900, es una de esas obras de Leos Janácek que cuentan sobre su vida.

Nació el 3 de julio de 1854 en Hukvaldy, un pueblo pequeño al pie de la sierra de Beskydy en Moravia del Norte, sobre el cual se alzaba la silueta de la ruina de un castillo antes poderoso. Fue el noveno de los trece hijos del matrimonio entre Jirí y Amálie Janácek.

Al igual que su padre y su abuelo, Leos debía hacerse también maestro. A sus 11 años lo enviaron a la fundación del monasterio de Staré Brno, que recibía a chicos pobres con vocación musical. Aquí, bajo la tutela del compositor Pavel Krízkovský, Janácek adquirió conocimientos prácticos de música y se acostumbró a un riguroso régimen de trabajo que mantuvo durante toda su vida.

Después de acabar el instituto de maestros en Brno, el joven Janácek se fue a Praga a estudiar en la escuela de organistas. El arte de componer lo perfeccionó en Leipzig y Viena. Luego regresó a Brno, ciudad con la que unió su vida privada y profesional. Se desempeñó como director de coro y de orquesta, organista, profesor de música.

A su pueblo natal de Hukvaldy Leos Janácek regresaba regularmente desde las vacaciones de 1888, solo o acompañado por su familia o amigos artistas.

Del mismo año data el principio de su investigación sistemática de canciones y bailes populares, en la que le ayudaba el folklorista Frantisek Bartos. En la región de su nacimiento, Lassko y Valaquia, Janácek empezó a recopilar y apuntar la música del pueblo común.

"Los Bailes de Lassko" o "Reinas" fueron los primeros resultados de esos estudios.

En agosto de 1917 Leos Janácek empezó a componer el ciclo de canciones para tenor, contralto y tres voces femeninas con piano, "El diario de un desaparecido".

De inspiración le sirvieron su amor tardío, Kamila Stösslová, y unos versos publicados en el diario Lidové Noviny.

En un pueblo montañoso de Moravia Oriental desapareció el único hijo de una familia de campesinos. Todos creían que le había pasado una desgracia o que se había convertido en víctima de un crimen. Unos días más tarde encontraron, en el cuarto del joven, su diario. Contenía 23 poemas cortos en los que el chico confesaba su amor hacia una joven gitana, con la que junto a su hijo en común decidió escaparse.

El piano de Janácek,  Brno
Saliendo de la tradición de Smetana y Dvorák, Leos Janácek sentía afición por componer para coro. "El maestro Halfar", "Marycka Magdonova" y "70 000", obras basadas en las baladas del poeta silesiano, Petr Bezruc, surgieron como protesta contra la represión social y nacional.

En estas composiciones Janácek realmente ataca los sentimientos del auditorio, y ha ocurrido, incluso, que durante su presentación el público se desmayaba.

El compositor y el poeta no se conocieron personalmente. Bezruc trabajaba en la oficina de correos de la estación de Brno, donde también Janácek disponía de un apartado. Cuando Janácek partía hacia Hukvaldy fue a anunciar el cambio de dirección, de lo que estaba encargado Bezruc.

Así se veían, sin embargo, sin intercambiar una sola palabra, ni estrecharse la mano, y sin que Janácek sospechara que el empleado de correos era el autor de esos poemas que expresaban la misma rebeldía con la que él mismo había crecido.

La casa natal de Janácek en Hukvaldy
La obra de Janácek destinada para coro y orquesta culminó con la Misa Glagólica, un himno a la creencia en el hombre y de alabanza a la vida, que el compositor escribió en 1926, a sus 72 años de edad, en base a un texto litúrgico en lengua eslava antigua.

En Radio Praga continuamos el programa especial dedicado al compositor checo, Leos Janácek.

"En la ópera se reconoce el verdadero carácter de una nación", decía Janácek. El mismo escribió nueve de ellas.

Durante años, Leos Janácek fue un compositor cuya obra era conocida sólo por el público de la ciudad de Brno. "Sárka", la primera ópera que compuso, inspirado en un episodio de amor de la leyenda checa sobre la rebelión de las mujeres, fue estrenada muchos años después de su composición.

La segunda, "El principio de una novela", basada en un cuento de Gabriela Preissová, la escenificó el mismo compositor en 1894, y fue por primera y última vez que Janácek se puso ante la orquesta para dirigir una ópera.

Su tercera ópera, Jenufa, según el libreto de Gabriela Preissová, la acababa en uno de los momentos más trágicos de su vida, al morir su joven hija Olga. Varios años antes había perdido a su hijo varón único, Vladimír.

Después del estreno de "Jenufa" en Brno, el 21 de enero de 1904, Janácek tuvo que esperar 12 años hasta que la ópera se presentara en el escenario del Teatro Nacional de Praga. Con "Jenufa" se le abrieron, por fin, las salas y teatros fuera de Brno, no sólo en el país, sino también más allá de las fronteras.

Animado por el éxito, Janácek, a los 62 años de edad, se sumerge con entusiasmo en la composición.

Surge "El Destino", la ópera más personal e íntima de Leos Janácek, inspirada por su relación hacia la señora Kamila Urválková, que el compositor conoció en el balneario de Luhacovice.

Le siguen óperas como "Excursiones del señor Broucek", en que se burla del carácter provincial, "Katya Kabanova", a cuya protagonista, el amor y la sociedad empujan hasta el suicidio, y "La zorra astuta".

Para la ópera "La zorra astuta" le sirvió de inspiración un relato del escritor checo, Rudolf Tesnohlídek. Las historias de la zorra astuta fueron publicadas a continuación en el periódico Lidové Noviny. Basándose en ellas, Janácek mismo escribió el libreto, y en otoño de 1923 acabó la ópera amable en que los destinos humanos se reflejan en los destinos de los animales.

En 1926 fue estrenada la ópera "Caso Makropulos". Como última surgió "De la casa muerta", cuyo estreno en 1930 el compositor ya no llegó a ver.

En el año 1888 visitó Praga Piotr Ilich Tchaikovski. Leos Janácek asistió al concierto en que se presentó la obra del compositor ruso y se encontró con el autor personalmente. Varios años más tarde, Janácek se convirtió en uno de los fundadores del Círculo Ruso en Brno, que inició sus actividades en mayo de 1898 con una velada de conferencias dedicadas a la obra de León Tolstoi.

La zorra astuta,  Hukvaldy
En 1905 Janácek leyó en original el relato de Nikolai Gogol sobre el atamán cosaco "Taras Bulba". Inspirado por esta historia, compuso la rapsodia homónima para orquesta, por la que en 1924 obtuvo el Premio Estatal de la República Checoslovaca.

Mientras que la estrella profesional de Janácek ardía cada vez con mayor fuerza, su vida privada no era tan exitosa. En 1881 Janácek se casó con Zdenka Schulzová, la que el día de su boda aún no había cumplido 16 años. Permanecieron juntos hasta el resto de su vida, pero su relación no era muy feliz.

El amor real lo encontró Janácek en la joven Kamila Stösslová, a quien vio por primera vez en julio de 1917, durante su estancia estival en Luhacovice. La amistad con Kamila, que estaba casada, se convirtió en una fuerte relación emocional. Janácek dirigió a Kamila casi 730 cartas. Su amor no se consumó, pero fue Kamila Stösslová quien inspiró a Janácek para escribir, entre otras obras, el Segundo Cuarteto de Cuerdas "Cartas íntimas".

En su pueblo natal de Hukvaldy, acompañado por su amor tardío, Kamila Stosslová, Janácek pasó los últimos momentos felices de su vida, en verano de 1928. El 8 de agosto el compositor cayó enfermo de pulmonía, dos días más tarde lo trasladaron al sanatorio, en la cercana ciudad de Ostrava. El 12 de agosto de 1928 a las diez de la mañana Leos Janácek murió.

Cerramos este programa especial dedicado al gran compositor checo, Leos Janácek, con una de sus mayores obras sinfónicas, la "Sinfonietta", que compuso en 1926, en homenaje a Brno.