Las palabras checas derivadas del alemán

Foto: Dora Pete, Stock.xchng

El alemán influyó en el checo y al revés. ¿Cómo? Lo aprenderán en esta lección de Hable Checo con Radio Praga.

Cimra, štreka, luft, pech, ajznboñák...

¿Estás hablando checo u otro idioma? Estas palabras que acabas de leer no me suenan como si fueran propias de la lengua checa.

Lo son y no lo son. Se utilizan muy a menudo en el lenguaje coloquial, pero están derivadas del alemán.

Así que en esta lección los oyentes no aprenderán solamente el checo, sino también el alemán. No se lo haces fácil. Neulehčuješ jim to.

Foto: ŠJů,  Creative Commons 3.0
No será para tanto. Nebude to tak žhavé. El alemán influyó en el checo y al revés. Algunas palabras son idénticas en los dos idiomas, por ejemplo, —pech—, que significa mala suerte. To mám dnes ale pech. Qué mala suerte tengo hoy. He llegado tarde al trabajo porque se me pegaron las sábanas y además no circulaban los autobuses. Tuve que recorrer todo el camino—celou štreku— a la radio a pie.

Štreka es otra palabra que viene del alemán. En el checo culto sería —cesta, trasa—.

Te puedes imaginar el aire—luft— que respiré caminando entre los coches. Fujtajbl!¡Qué asco!

Aquí tampoco huele muy bien. ¿Crees que podríamos airear—vyvětrat— un poco el estudio?

¿Quieres decir —vyluftovat—? Con mucho gusto, pero hasta después de terminar. Cuando arribé al trabajo estaba tan cansada que tuve ganas de echar una siesta—dát si šlofíka—.

Foto: Štěpánka Budková

Un sueño breve—šlofík— me vendría bien a mí también. Ayer tuve que compartir mi habitación—pokoj— con cuatro amigos que se quedaron a dormir en mi casa después de una fiesta y todos roncaban a pierna suelta. Fue horrible.

Te lo creo. Una habitación—cimra— con cinco hombres roncando. Un verdadero horror. Dormirse en esta situación no es nada fácil—je to kumšt—.

Paso por alto que me has incluido entre los roncadores. Pero la verdad es que casi me dio un ataque.

Málem tě z toho trefil šlak. Casi te dio un ataque.

Porque además, en el cuarto hacía un tremendo calor. Bylo tam hrozné horko.

Byl tam hrozný hic.

Abrí el cajón—zásuvku— de mi mesita de noche para sacar una pastilla para dormir, pero no encontré nada.

El cajón —zásuvka—, o en el lenguaje coloquial —šuplík— estaba vacío.

Sí. Después me acordé que podría tener algún calmante en mi mochila—v ruksaku—.

—Ruksak— es otra palabra derivada del alemán. ¿Y? ¿Encontraste algo?

Nada. Sólo una botella—láhev— de vino.

Foto: Archivo de Radio Praga
Yo no llamaría nada una botella de vino—flašku vína—. Fíjense, amigos, botella se dice en checo —láhev—, y en el lenguaje coloquial pueden decir —flaška—, otra palabra del alemán.

La botella también estaba vacía. Volví a la cama, probé—zkusil jsem— una vez más dormirme, y como fue en vano, me levanté, eché una mirada a mis amigos durmiendo como angelitos y me fui a dar un paseo.

¡Pobrecito! Yo probaría—prubla bych— despertarlos. Deambular—vandrovat— por las calles nocturnas de Praga... To bych si nelajsla. No me atrevería hacerlo.

Y ellos no tenían ni la menor idea—neměli ani tušení— de lo que me pasaba a mí.

Claro. No tenían ni la menor idea—neměli ánung—. Así son los amigos. Y con esta conclusión terminamos la presente lección de Hable Checo con Radio Praga. Estamos libres. Máme fajront.

Por fin puedo echar un sueño. Konečně si můžu dát toho šlofíka.


(Repetición del 2/6/2010)