Las Fuerzas Armadas checas siguen en estado de alerta
Las Fuerzas Armadas checas siguen en estado de alerta. De ser necesario, los médicos militares están preparados para activar sus células de seguimiento de la crisis dentro de 45 minutos. El alto grado de alarma atane a las unidades antiquímica y de defensa antiaérea, así como laboratorios para la detección de material bacteriológico.
Según afirma el jefe del Estado Mayor checo, general Jirí Sedivý, los oficiales que en caso de la crisis encabecen las unidades, tienen la orden de no abandonar su lugar de destino. Un régimen especial fue introducido en los almacenes de municiones y explosivos.
Los laboratorios para la detección de material bacteriológico son capaces de analizar inmediatamente las sustancias en caso de que se produzca un eventual ataque con armas químicas y biológicas. Las unidades coheteriles vigilan con aviones subsónicos L-39 el espacio aéreo de las dos centrales electronucleares checas, las de Temelín y Dukovany.
El general Sedivý subrayó que fue fortalecida la defensa de la capital checa, ya que se trata del centro administrativo del país, donde se encuentran también otras instalaciones que puedan convertirse en blancos de los eventuales ataques.
El sexto hospital de campana, cuyos servicios ha ofrecido a los aliados el Primer ministro checo, Milos Zeman, es capaz de trasladarse en siete horas a cualquier lugar de la República Checa. El hospital tiene preparadas además las existencias del material sanitario que le facilitaría funcionar sin suministro durante 72 horas.
En estado de alerta están también la brigada de acción rápida y una parte de las unidades especiales, de cuya existencia las Fuerzas Armadas checas no informaron hasta los ataques terroristas contra Estados Unidos, el día 11 del mes pasado.