La República Checa lucha contra las inundaciones
Las palabras no son suficientes para describir lo que están viviendo los ciudadanos checos en estos momentos como consecuencia de las mayores inundaciones en la historia de la República Checa.
El río Vltava, que precisamente cruza la capital checa, se ha desbordado en algunos lugares de la ciudad y sus aguas amenazan las principales arterias capitalinas. El transporte urbano se encuentra reducido a lo indispensable, varias estaciones del metro praguense se encuentran completamente inundadas, por lo que este medio de transporte funciona parcialmente.
Un alto cargo de la Empresa de Transporte Urbano explicó a los medios de comunicación la grave situación que afrontan actualmente.
"Cinco estaciones del metro de Praga están completamente inundadas. Estimamos que tras las inundaciones, los tranvías podrían volver a funcionar en el lapso de unas horas, sin embargo, el metro tardará varios días en volver a la normalidad. Calculo que los danos en la red de transporte público de Praga ascenderán a millones de euros."
Tomando en cuenta las dimensiones de la catástrofe, el primer ministro checo, Vladimir Spidla, declaró estado de emergencia en la mayor parte del territorio nacional.El estado de emergencia limita los derechos de los ciudadanos y no respeta la inviolabilidad del hogar en caso de que las personas se encuentren en peligro de muerte. Es decir, si el socorrista averigua que una persona no quiere abandonar su casa, es posible forzar la puerta y utilizar las medidas adecuadas para evacuarle. Además, es posible confiscar un coche, o bien derrumbar un chalé inundado, que podría representar un obstáculo durante las labores de rescate.
Las aguas se han cobrado nueve vidas, en la República Checa, doscientos mil ciudadanos fueron evacuados de sus hogares y 15 mil personas se encargan de los trabajos de rescate.
Para hacerse una leve idea de las dimensiones de la tragedia, es necesaria una gran dosis de imaginación, se trata de uno de esos casos en los que la fantasía copia de la realidad.
El bello barrio Kampa, cercano al puente de Carlos, se encuentra completamente inundado. El famoso restaurante donde un día cenó el presidente checo Václav Havel con la actriz estadounidense Mia Farrow tiene el agua hasta el tejado.El barrio fue evacuado por completo, al igual que Malá Strana, o Barrio Pequeño y la Ciudad Vieja de Praga, uno de los destinos preferidos de los praguenses y de los turistas del mundo.
Alrededor de la Plaza de la Ciudad Vieja se encuentran edificios históricos, cafeterías, tiendas de lujo, restaurantes y un sin fin de inmuebles que siempre ha sido el deleite de los visitantes.
El ministro del Interior checo, Stanislav Gross, reveló una serie de medidas indispensables para evitar que los daños sean aún mayores, y el papel del Ejército, la policía y los voluntarios encargados de los trabajos de rescate.
"El gobierno ha decidido aumentar el número de soldados que reforzarán a la guardia civil. Los soldados van tener las mismas competencias y obligaciones que los policías, ya que éstos tienen que volver paulatinamente a su trabajo habitual".
Un gran número de turistas tuvo que ser evacuado de los hoteles situados cerca del río Vltava, o bien de las zonas más afectadas de la ciudad. De acuerdo con informaciones de la Policía checa todos los turistas extranjeros se encuentran bien, en el marco de la situación reinante.El Ayuntamiento de Praga permanentemente da instrucciones a los turistas en varios idiomas. Las instrucciones se escuchan en los autobuses, en los tranvías y en los tramos del metro que todavía funcionan.
También los habitantes de Bohemia del Sur lucharon en vano contra las inundaciones.Una de las urbes checas más afectadas por las riadas es precisamente la metrópoli de Bohemia del Sur, Ceské Budejovice, de 100 mil habitantes, que se parecía ayer a una fortaleza que rechazaba un embate del enemigo tras otro.
Los habitantes de Ceské Budejovice perdieron el desigual combate. Las impresionantes barreras antiinundación de 2 kilómetros que habían construído de sacos de arena miles de voluntarios en las orillas del Vltava, se rompieron y las aguas anegaron casi toda la ciudad.El Vltava inundó el centro histórico de Ceské Budejovice donde en la zona peatonal el nivel de las riadas superó un metro. Las aguas anegaron también las urbanizaciones. En la ciudad fue interrumpido el suministro de electricidad y dejaron de funcionar los transportes urbanos. Ceské Budejovice conoció una inundación de semejantes proporciones por última vez en 1888.
Una dramática situación se vivió también en Ceský Krumlov, Patrimonio Histórico de la Humanidad. La ciudad inundada fue afectada ayer por una nueva crecida, aún más fuerte, y todo el casco histórico de Ceský Krumlov tuvo que ser evacuado.
El turista holandés Rony de Finte contó que por la mañana tuvo que salir de la pensión por la ventana del primer piso ya que la planta baja estaba inundada.
Las turbias aguas del río Otava anegaron ayer en la ciudad de Písek el Puente de Piedra del siglo 13, el más antiguo de Bohemia, así como el casco histórico de la ciudad.Al cierre de esta edición, el puente medieval resistía todavía a la furia de las aguas.Varias ciudades de Bohemia del Sur, incluídas Ceské Budejovice y Ceský Krumlov, han quedado prácticamente aisladas, ya que las principales carreteras estaban inundadas.
En Bohemia del Sur vivieron ayer una terrible pesadilla también los habitantes de ciudades y pueblos cercanos a los estanques. En varios estanques se rompieron los diques y las aguas arrasaban todo lo que encontrasen en su camino. En la comarca de Strakonice las impetuosas aguas de un estanque arrasaron la mitad de las casas del pueblo de Metly. En un momento la oleada alcanzaba cuatro metros.
En las cercanías de Blatná, las aguas de un estanque cuyo dique se había roto, arrastraron una ambulancia cuyos ocupantes se dirigían para atender un caso urgente. El médico nadó contra la corriente un kilómetro hasta salvarse de la corriente en un árbol.Él y sus dos compañeros de la ambulancia fueron rescatados al cabo de tres horas por socorristas en una lancha.
Y la pesadilla continúa...