La República Checa aceptará el euro en 2009 o en 2010

foto: Comisión europea

El Gobierno checo planea introducir el euro en 2009 o 2010. Esto se desprende de la Estrategia de transición de la República Checa hacia la eurozona, aprobada por los ministros.

Ministros Vladimír Mlynár y Bohuslav Sobotka,  foto: CTK
La República Checa podría introducir la moneda comunitaria dentro de seis o siete años. Sin embargo, una de las condiciones indispensables para ello es lograr una exitosa reforma de las finanzas públicas. Hasta el fin del presente decenio, las finanzas públicas tienen que cumplir con los criterios de Maastricht. Según ellos, su déficit no tiene que superar el tres por ciento del producto interior bruto. Así lo explicó el ministro de Finanzas checo, Bohuslav Sobotka.

"Para poder llevar a cabo ese ambicioso plan de transición del país al euro es necesario continuar la reforma de las finanzas públicas. Además, tenemos que continuar en las reformas estructurales que atañen, por ejemplo, al sistema de pensiones, la salud, la administración pública, etc."

foto: Comisión europea
Después de que la República Checa cumpla con todos los requisitos necesarios para la transición al euro, será necesario estipular la cotización de la corona por euro a la hora de introducir el cambio. De ello dependerá si la transición al euro favorecerá a los ciudadanos checos y si aumentarán o disminuirán sus sueldos y ahorros. Se especula que la cotización podría ser de 27 hasta 30 coronas por euro. Se trata de una gran diferencia que, en el caso del sueldo promedio, podría representar hasta 93 euros. Sin embargo, los especialistas estiman que el sueldo promedio en la República Checa podría ser de unos 877 euros.

Mientras que la República Checa prevé introducir la moneda comunitaria a finales del decenio, el resto de los países candidatos prevé aceptarla en el 2007, es decir, dos o tres años antes de la República Checa. No obstante, los analistas consideran los planes del gobierno checo como más realistas. Sostienen que los demás países candidatos se rigen más por sus ambiciones, sin tomar en consideración la aparición de eventuales complicaciones.