La RCh endurecerá la lucha contra las drogas blandas
Alertado por el reciente informe de la Unión Europea sobre el consumo de drogas que adjudicó a la República Checa los primeros puestos en cuanto al número de consumidores de marihuana y éxtasis, el Gobierno checo decidió endurecer la lucha contra las drogas blandas.
Sus miembros opinan que la política antidroga del Estado checo es demasiado liberal. La tolerancia de la sociedad, ante todo hacia la marihuana y el éxtasis, hace pensar a niños y adolescentes que el consumo de drogas blandas no resulta demasiado perjudicial, advierte el vicepresidente de la asociación Padres contra las Drogas, Michal Pacovský.
"Los educan de esta manera, crecieron en un ambiente en el que escuchaban que no significaba nada. Al contrario, a los niños se les debería decir: manteneos lejos de la droga, es peligrosa. Incluso la marihuana, ésta es la más peligrosa, porque es capciosa. Váis a parar en una resbalera de la que no habrá vuelta atrás, os destruiréis toda la vida", subrayó Pacovský.
El ministro sin cartera, Jaroslav Bures, promete endurecer la lucha contra las drogas blandas. La semana pasada fue destituido, después de seis años en el cargo, el director del Consejo gubernamental para la coordinación de la política antidroga, Josef Radimecký. El motivo: su estrategia de lucha es para algunos poco dura y se centra en la prevención.
Entre los mayores críticos de la política antidroga actual figura el democristiano Partido Popular, cuyos representanes abogan por una mayor represión. El líder del partido, Miroslav Kalousek, declaró oficialmente en primavera la guerra a las drogas. Ayer, la asociación Padres Contra las Drogas premió su iniciativa otorgándole el título de "El Paladín del Año". El experto de los populares para las drogas, Jirí Vacek, quien aspira al cargo de viceministro del Interior, propone perseguir a los distribuidores callejeros de drogas de la misma manera que se interviene contra los narcotraficantes organizados. Otro instrumento sería, según Vacek, quitar la licencia de por vida a los propietarios de clubes o bares donde se vendan drogas.
Por su parte, Ivan Douda, jefe de la asociación Drop In que ayuda a drogadictos, sostiene que una fuerte represión no eliminará la droga. Lo confirma la situación en Rusia o Bulgaria, donde aumentan los crímenes relacionados con la droga, y también el número de drogadictos contagiados de SIDA e ictericia. Según Douda, las estadísticas indican que los jóvenes checos limitan sus experimentos con las drogas a la marihuana, ya que después no empiezan a inyectarse las más duras. El número de consumidores de drogas duras en la República Checa viene descendiendo desde hace ocho años.