La primera actriz checa del cine mudo
Anny Ondráková es considerada como la primera cómica femenina del cine checo. Bajo el seudónimo de Anny Ondra se convirtió en una de las primeras estrellas del cine checo que conquistó Europa, rodando películas en Berlín, Viena, París y Londres. Sin embargo, en la cinematografía checa ocupa un lugar más destacado aún por haber sido una de las pioneras del cine mudo.
Coloridas historias acerca de cómo Anny Ondráková entró a sus 17 años en el mundo cinematográfico existen varias. Sin embargo, el descubrimiento de su talento se lo debió a uno de los primeros directores de cine checo, Premysl Prazský, quien la contrató en 1919 para protagonizar su película "La dama de pie pequeño", tras de verla actuar en uno de los teatros de Praga.
Así, por casualidad comenzó la brillante carrera de la fenomenal actriz, que fue testigo activo de los inicios de la cinematografía checa que no fueron nada fáciles. Las películas se rodaban entonces en condiciones inadecuadas, muchas veces improvisadas, y requerían de todo el equipo fílmico una gran dosis de sacrificio y paciencia.
Pero aún más decisivo para la carrera artística de la joven actriz fue su encuentro con el director de cine, Karel Lamac, quien fue el primero en descubrir su gran talento cómico, contratándola para muchas de sus películas.
Anny Ondráková superó sin problemas la transición del cine mudo al sonoro. Tras pasar por una serie de películas cómicas, en los años treinta ya era una de las más populares estrellas de la cinematografía europea. Anny Ondráková actuó también en dos películas de Alfred Hitchcock, director de cine británico considerado como el "maestro del suspense". En aquella época rodó también varias películas en Francia.
En 1933, Anny Ondráková se trasladó a vivir a Alemania, al contraer matrimonio con el entonces famoso campeón de boxeo alemán, Max Schmeling. La unión de la fuerza de Max con la tierna belleza de Anny provocaba éxtasis entre el público.
El matrimonio contribuyó a la fama de la actriz que iba de una película a otra. Y como si eso fuera poco para ella, decidió desmpeñarse además como productora fílmica. Para este fin, junto con el director de cine Karel Lamac, fundó en Berlín la asociación Ondra - Lamac - Film.
En la capital alemana, los dos artistas rodaron numerosas comedias y musicales, en los que Ondráková desempeñó mayormente papeles de una muchacha alegre y simpática, aunque un tanto ingenua, lo que le ayudaba a crear situaciones cómicas. La crítica solía denominarla "el diablito con faldas", o "picaruela rubia".
El estallido de la Segunda Guerra Mundial significó el fin de la asociación Ondra - Lamac - Film, puesto que Lamac huyó a Holanda ante la amenaza hitleriana. A causa de ello, la actriz decidió retirarse de los estudios fílmicos y desde 1941 se dejaba convencer sólo esporádicamente para actuar en películas. Aunque en 1942 volvió a Praga para rodar la comedia "Hemos heredado un castillo". Anny Ondráková rodó su última película en 1952, tras la cual ya no regresó jamás ante las cámaras.
Anny Ondráková falleció en 1987, poco antes de cumplir 85 años. En una de sus últimas entrevistas, la famosa estrella confesó:
"Creo que los artistas deberían tener suficiente sabiduría para darse cuenta del momento oportuno para abandonar su carrera. Y ello es todavía más válido en el caso de las mujeres, y en mayor medida aún, tratándose del género de papeles que tuve que desempeñar yo. Considero que hubiese carecido de sentido que me empeñara en actuar en papeles totalmente diferentes."
La actriz Anny Ondráková fue en su época lo que hoy llamamos "gran estrella del cine". Su extraordinario talento artístico y, sobre todo, cómico, hizo de ella una de las grandes figuras de la cinematografía checa y también mundial.