La Policía volverá a investigar la violencia racista de su ‘Equipo Delta’
Seis policías de Brno, integrantes del autodenominado ‘Equipo Delta’, competían entre sí en la violencia aplicada contra sus detenidos, se fotografiaban humillándoles y se mostraban especialmente duros contra las minorías étnicas. Solo la muerte injustificada de un vietnamita hace dos años sacó a la luz el comportamiento brutal de la unidad. La Policía volverá a investigar el caso.
El jefe de la Policía, Petr Lessy, ha anunciado que reabrirá la investigación del caso tras los reportajes mostrados por la Televisión Checa en los últimos días.
El jefe del departamento de Investigación Policial Interna, Dušan Brunclík, explica que fallaron los superiores de estos agentes.“Fallaron los superiores en su función de supervisar las acciones de este grupo. Por otra parte, las personas de este tipo cumplen todos sus objetivos y su dedicación es de más del 100%, así que en apariencia son unos policías perfectos”.
La explicación de Brunclík coincide con la opinión de Jaroslav Vaněk, subdirector de la Policía de Zlín, donde dos miembros del ‘Equipo Delta’ siguen trabajando en el cuerpo, casi en las mismas funciones que tenían en Brno.
“Si quieren saber cómo trabajan estos hombres se lo digo: son de los mejores policías que hay. Creo que no solo el cuerpo, sino los servicios del Estado por lo general, han perdido a unos muy buenos agentes”.
Vaněk considera que deberían existir mecanismos que eviten comportamientos de ese tipo, ya que es difícil hacer un seguimiento constante de las actividades de los agentes cuando se encuentran realizando alguna operación.Sin embargo, según los jueces, no se les puede condenar por sus tendencias sospechosamente parecidas a las neonazis, ya que no llegaron a emitir opiniones de ese tipo. Tampoco por exceso de poder, a pesar de la amplia documentación gráfica que dejaron, ya que faltan testigos fiables. En el caso de Josef Srnský, ni siquiera fue finalmente condenado por otro asunto aparte de la muerte del ciudadano vietnamita. Tras ser hallada pornografía infantil en su ordenador, el juez no consideró probado que fuera él quien la viera.