“La modernización de la autopista Praga-Brno será un infierno”

La autopista D1

El año que viene comenzará la remodelación de la autopista D1, que va de Praga a Brno y continúa hasta la frontera polaca en el norte de Moravia. Los conductores no saben si es más temible el mal estado de la vía en la actualidad o las consecuencias de unas obras que podrían eternizarse dada la situación presupuestaria en el país.

La autopista D1
“El objetivo de la D1 es que no vayan praguenses a Brno”, dice un malintencionado cartel sobre esa autopista en las afueras de Praga. Lo cierto es que los 200 kilómetros que separan las dos principales ciudades del país son incómodos y tediosos. El tráfico es siempre intenso, cuando no sufre retenciones o accidentes. De los dos carriles que consta la vía para cada sentido, uno pertenece casi exclusivamente a los numerosos camiones que la transitan, y además, el firme de ese lado derecho está tan castigado, lleno de huecos y baches, que todos los conductores lo evitan.

A pesar de los recortes que afectan de lleno a la inversión en infraestructuras, el Estado se ha decidido por acometer la renovación de la D1, la arteria principal del país. Para el comisionado del Ministerio de Transportes para su remodelación, Jiří Švorc, este es un asunto ineludible.

Jiří Švorc
“Llevo años diciendo que o se empiezan inmediatamente los trabajos de reparación y modernización de la D1, o podría suceder que la República Checa pierda la única vía que une las dos ciudades”.

Pero también hay razones para temer esta esperada remodelación. La falta de vías alternativas hará que las obras empeoren el ya difícil tránsito y provoquen interminables retenciones durante años. Algo así como "un pequeño infierno", reconoce Švorc.

En el mejor de los casos, las obras, en las que se mejorará el firme y en muchos tramos se ensanchará la vía de dos a tres carriles por sentido, durarían cuatro años (sin contar los inviernos, en los que no se hacen trabajos de construcción en Chequia por la climatología). Ese escenario optimista cuenta sin embargo con justificadas sospechas de que no se cumpla. La inyección anual debería ser de unos 230 millones de euros y para 2012 solo hay garantizados por el momento unos 60 millones. Chequia cree sin embargo que puede conseguir una buena dosis de financiación gracias a fondos europeos, pero en todo caso también se ha preocupado en calcular que en el peor de los escenarios, las obras podrían concluir en 2025. Tampoco sería la primera vez que el país no sabe aprovecharse del dinero que ofrece Bruselas, recuerda Švorc.

La carretera ostenta ya un incómodo récord. Después de 70 años desde el inicio de las obras, aún no ha sido terminada. Comenzada antes de la Segunda Guerra Mundial, no fue hasta noviembre de 1980 que se pudo ir de Praga a Brno sin abandonar la autopista. Después, el trazado continúa hacia el norte de Moravia para llegar hasta Ostrava y a la frontera polaca. En total 377 kilómetros, de los cuales aún faltan 30 por construir. Sin embargo, cuando parece que en pocos años pueda ser terminada, lo realmente urgente es arreglar y mejorar los tramos antiguos.