La mitad de los jóvenes checos no sabe nada sobre los aniversarios más importantes de su país
En un año en el que Chequia conmemora varios aniversarios redondos: 1918, 1938, 1948 y 1968, sale a relucir que la mitad de los jóvenes checos no conocen bien la historia de su país.
Números similares, cercanos a la mitad de los encuestados, desvelan el amplio desconocimiento en esta franja de edad acerca de los acontecimientos de 1948, cuando los comunistas tomaron el poder, y de 1968, cuando la Unión Soviética invadió Checoslovaquia poniendo fin a la Primavera de Praga.
De la encuesta se desprende que la principal fuente de información sobre historia es la escuela, con la excepción de la mencionada invasión de 1968, comenta Jana Holcová, de la organización Post Bellum.
“Sobre el año 1968 hay una pequeña diferencia. El 54% de la gente reconoce como principal fuente de información sobre el tema a sus padres, conocidos y amigos. Así que está claro que sobre este aniversario en concreto se habla mucho en la familia y entre amigos”.
Los resultados del estudio dan una imagen devastadora sobre la generación de checos que recientemente han terminado sus estudios de secundaria y que, vistos los resultados, se hallan ausentes de todo el revuelo en torno a los cuatro aniversarios redondos que la República Checa celebra este año.Curiosamente el más conocido de los llamados “ochos” es el más antiguo, completa Holcová.
“Los conocimientos son mejores en cuanto al año 1918. Dos tercios de los encuestados fueron capaces de decir que se trata del aniversario de la fundación de la República”.
Aunque el protagonismo de este año se centra en estos cuatro ochos clave de la Chequia moderna, otros acontecimientos demuestran que el número ocho parece ser una constante en la historia checa. En 1348, el rey checo y emperador romano-germánico Carlos IV comenzó la transformación de Praga en gran ciudad y fundó la Universidad Carolina, en 1618 tuvo lugar la tercera defenestración de Praga, que detonó la Guerra de los Treinta Años, y en 1848, aprovechando la primera constitución en Austria-Hungría, el movimiento de renacimiento cultural checo se convirtió en un proyecto político.