La hazaña de traducir

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¿Cómo reconocer una obra de arte? ¿Cómo separarla, aunque sólo sea un momento, de su aparato crítico, de sus exégetas, de sus incansables plagiarios, de sus ninguneadores, de su final destino de soledad? Es fácil. Hay que traducirla. Autor de estas palabras es el escritor chileno, Roberto Bolaño. De la literatura y de la traducción hablaremos en esta A toda marcha con el traductor, Jan Mattus.

¿Cómo uno empieza a traducir literatura?, se lo preguntamos a Jan Mattus, quien además de traductor es dueño de una pequeña casa editorial llamada Julius Zirkus.

"Podemos hablar sobre coincidencias, creo. Yo estudié filología inglesa y checa, así que soy autodidacta en cuanto al castellano se refiere. Comencé a traducir del inglés, pero conmigo es siempre así que me gusta hacer cosas que los demás no hacen. Entonces, traté de hacer algo diferente. Y la literatura latinoamericana es algo que siempre me gustó, siempre me interesó, así que me dije - bueno, ¿por qué no probarlo?, por qué no estar directamente en el centro de las cosas".

Un dicho conocido expresa que el traductor es un traidor. ¿No ha tenido algunas veces ganas de mejorar al autor original al traducir?

"Pues, depende de lo que quiere decir mejorarlo. Creo que en cierto modo, en cierto sentido sí que se puede mejorar al autor. Hay que acomodar un poco, hay que adaptar un poco el estilo del autor a lo que un lector checo está esperando. La primera cosa para un traductor es, creo, conocer su propia lengua, ser capaz de expresarse en su propia lengua. Se trata de un tipo de acomodación, de adaptación del texto ... ¿si es una traición o no?"

¿Qué autores latinoamericanos ha traducido hasta el momento?

"He comenzado con un autor bastante exitoso en Argentina. Se llama Federico Andahasi. Traduje sus novelas, El Anatomista y Las piadosas. Y después traduje al autor uruguayo Mario Benedetti, su libro La Borra del Café, es un libro muy poético, muy lindo para leer. Se trata de un tipo de autobiografía del autor, de sus reminiscencias de la juventud con un tipo de drama de su ánima".

¿Cómo escoge a los autores que traduce?

"Muy a menudo sólo por casualidad. Por ejemplo, las agencias literarias que representan a los autores y ofrecen los derechos de traducción mandan libros a las potenciales editoriales. De esos libros puedo escoger lo que me gusta. Otra cosa es que tengo recomendaciones de mis colegas, de mis amigos ..., o puede ocurrir lo que pasó con mi última traducción - con la novela "Luna Caliente", del autor argentino Mempo Giardinelli, agrega Jan Mattus. "No sabía nada del autor, no sabía nada del libro. Un día lo descubrí en la biblioteca de un amigo mío, lo saqué, comencé a leer y no pude dejarlo hasta que no lo acabé".

¿Qué significa la traducción para Jan Mattus? ¿Es su amor, su oficio, su trabajo ...?

"No quisiera exagerar en estas cosas. Creo que sería exagerado decir que es mi amor. Es algo que hago de vez en cuando, es mi trabajo, y algo que lo diferencia de otras cosas que hago en el hecho de que algo queda, algo que se puede ver, queda un libro que perdurará. Mientras que haciendo otras cosas a menudo el resultado es solamente algo muy efímero".

Con una cita hemos empezado y con otra vamos a terminar. "El poeta es como el príncipe de las nubes, que habita la tormenta y ríe del ballestero, exiliado en la tierra, sufriendo el griterío, sus alas de gigante le impiden caminar", dijo el poeta francés, Charles Baudelaire. El traductor sube a estas alas, sobrevuela los abismos de los idiomas diferentes para aterrizar en tierras donde dejarán al poeta caminar.