La generación que vive en casas prefabricadas envejece más rápido

El estado de salud de los jubilados checos empeora año a año. Los médicos y directores de asilos de ancianos coinciden: las personas de edad avanzada están ahora más exhaustas física y psíquicamente que la gente de su edad en el pasado. ¿Por qué? La respuesta es bastante simple: envejece la generación que pasó toda su vida en casas prefabricadas y ahora relucen los efectos de un estilo de vida sedentario y falta de personas que les dediquen tiempo y atención.

Hasta hace cincuenta años la población solía vivir en su mayoría en casas privadas y multifamiliares. Los jóvenes consideraban como un deber moral cuidar a sus familiares de mayor edad. Con la construcción masiva de casas prefabricadas y el surgimiento de gigantes urbanizaciones colectivas, desde la década de los años sesenta, esta solidaridad entre las generaciones está desapareciendo.

Los pisos en las casas prefabricadas se construyen como unifamiliares. Cuando los hijos crecen, se mudan a su propia vivienda colectiva, dejando detrás a sus padres. Hoy en día, cuando la exigencia laboral obliga a tomar otras responsabilidades y la cultura del consumismo da tantos placeres y frustraciones, son pocos los jóvenes dispuestos a invertir su tiempo libre en visitar con más frecuencia a sus progenitores.

Además, al construir los pisos en los edificios prefabricados, los arquitectos no tomaron en cuenta las necesidades de la gente mayor, que ya no tiene la agilidad necesaria para superar las barreras arquitectónicas de la que tales pisos dolecen. Los que viven en las casas prefabricadas saben cuán difícil es para los ancianos entrar en la ducha de los diminutos cuartos de baño, como son generalmente los de ese tipo de moradas.

Cada vez es mayor el interés de las familias por internar a sus familiares mayores en asilos de ancianos. En la mayoría de los casos se trata de familias bien acomodadas, que al enfrascarse en ganar dinero, carecen de tiempo y estímulo para atender a sus parientes de tercera edad. Sin embargo, el problema reside en que no hay vacantes suficientes en los asilos de ancianos. Para empeorar la situación esto no se solucionará a corto plazo, ya que -según indica el Instituto de Estadísticas Checo- la población del país está envejeciendo cada vez más y más.

¿Cuál es entonces la solución de este problema? Los expertos la ven en la mejora de la asistencia social a domicilio, no en la construcción de más asilos para ancianos. ¿Qué opinan ustedes al respecto, estimados oyentes?