La elefanta Setta hizo del Museo Nacional de Praga su palacio
El Museo Nacional de Praga se despidió del viejo elefante africano que adornaba sus colecciones zoológicas desde el año 1940. Su lugar fue ocupado por la elefanta Setta del jardín zoológico de Dvur Králové nad Labem. La belleza disecada de 2, 7 metros de altura y de casi una tonelada de peso se presentará al público este sábado, durante la Noche de los museos de Praga.
Sustituyó al viejo elefante africano, ejemplar de una relativamente rara raza selvática, que fue dedicado al museo en los años treinta del siglo pasado por el circo Kludský. Setta es medio metro más alta y más amplia y a diferencia de su antecesor tiene la trompa vuelta hacia abajo.
Durante dos años trabajó en la elefanta el taxidermista Milos Malucha, de la ciudad de Ostrava, en Moravia del Norte.
"Hemos intentado calcularlo y fueron unos siete meses de trabajo diurno", estimó el conservador.Primero tuvo que preparar un molde laminado del elefante. Luego, con ayuda de colegas experimentados de Polonia y Eslovaquia, tendió la piel, usando más de 16 mil clavos y agujas. Para darle la forma final a los músculos y los pliegues de la piel el taxidermista necesitó casi 100 kilos de arcilla de modelar.
La elefanta Setta parece como si estuviera viva, sólo los colomillos no son originales. Siendo el marfil un artículo solicitado, el Museo Nacional prefirió montar a la elefanta dientes incisivos artificiales para no tentar a eventuales ladrones. Un kilo de marfil cuesta más de veinte mil coronas, es decir unos 650 euros, y los colomillos originales pesaban casi 40 kilos. El valor total de la elefanta disecada se estima en 600 mil coronas.