La editorial checa Baobab, entre las mejores editoriales infantiles de Europa

Photo: Baobab

La pequeña editorial checa Baobab fue seleccionada entre las cinco finalistas europeas del premio otorgado por la Feria de Libro Infantil de Bolonia a las mejores editoriales de contenidos para niños. Su propietaria, Tereza Horváthová, afirma sin embargo que el apoyo institucional a los autores checos es todavía insuficiente.

La Feria del Libro Infantil de Bolonia, la cita internacional más destacada en el mundo de la literatura para niños, ha cumplido este año su 50 aniversario. Con motivo de esta conmemoración, los organizadores han estrenado en esta edición un premio para el mejor editor del año, dividido en seis categorías, una por continente. Entre los cinco nominados por Europa se encontraba la pequeña editorial checa Baobab.

Aunque finalmente el premio a la mejor editorial infantil europea fue a parar a la portuguesa Planeta Tangerina, la nominación es todo un símbolo de la buena salud de la literatura infantil checa. De hecho, se trata del segundo tanto del país en poco tiempo, después de que el año pasado ganara el prestigioso premio Hans Christian Andersen el autor e ilustrador checo Peter Sís, creador, entre otros, de ‘Mladenka’, ‘El Muro’ o ‘El Coloquio de los Pájaros’.

Tereza Horváthová, propietaria junto a su marido de la editorial Baobab, declaró sentirse sorprendida por la nominación y la consideró una señal de que han emprendido el camino correcto.

“Nos alegró muchísimo que en una feria tan grande se fijaran en algo tan pequeño como es Baobab. Ya hace algunos años que participamos y mandamos nuestros libros a concurso, pero todavía ni siquiera tenemos nuestra estantería en el pabellón checo. Este año los libros los llevamos en una mochila a la espalda. Por eso es realmente un honor, porque se ve que no se trata de ser grande, sino de cómo se dedica uno a los autores”.

Petra Horváthová,  foto: Baobab
Sin embargo, Harváthová no se mostró optimista respecto al escenario checo y criticó la postura del Gobierno de su país en cuanto al apoyo a la literatura infantil nacional.

“No estoy muy enterada de cómo son las ayudas estatales, seguro que algo hay, pero lo que es seguro es que los distintos estados consiguen vender lo que tienen, y creo que la República Checa se está quedando atrás. Tenemos una tradición fabulosa, con personalidades muy interesantes, y en Chequia pasan muchas cosas en el sector del libro infantil, pero es como si no lo supiéramos vender. Dicho directamente, se trata más bien de los tejemanejes por las estanterías en el stand checo que de una preocupación por el contenido. Creo que este año se podría haber hecho más para publicitar los libros checos y que estos tuvieran más repercusión internacional”.

Baobab, que se autodefine como editorial “alternativa”, se dedica exclusivamente a literatura infantil y juvenil, poniendo mucho cuidado en el aspecto gráfico de los libros y consiguiendo en la mayor parte de los casos, ediciones consistentes en pequeñas y cuidadas obras de arte. Además de la edición propiamente dicha, la empresa organiza actos culturales, representaciones de teatro, exposiciones o lecturas de sus obras.

El matrimonio Harváth, además de trabajar con autores locales, busca por todo el mundo otras editoriales con las que colaborar y traer así lo más interesante de la producción internacional al mercado checo. De entre los países de referencia, Horváthová destaca ante todo Francia.

“La producción más rica y variada la tienen tradicionalmente los franceses. Hay una multitud muy peculiar de pequeñas editoriales, y también grandes, como Gallimard Jeunesse. En Francia tenemos por ejemplo al editor Thierry Magnier, que ha ganado este año en Bolonia el premio Ragazzi al mejor libro de no ficción con ‘El Diccionario Loco del Cuerpo’ (‘Le Dictionnaire Fou du Corps’). También está la editorial Memo, que publica unos hermosos libros ilustrados muy específicos”.

En el marco europeo, Baobab colabora también con pequeñas editoriales italianas, polacas y escandinavas, aunque su ámbito de interés llega también a otros continentes, como prosigue Harváthová.

“De las editoriales que no son europeas, siempre dedicamos mucho tiempo a las coreanas, porque es un mercado increíblemente dinámico y florido. En la feria su stand ocupaba medio pabellón. Su mercado es comparable con el europeo. Tiene sus rasgos específicos, y por supuesto está centrado en la realidad cultural coreana. Es curioso que este año una de las ganadoras sea la polaca Iwon Chmielewská, que publica sobre todo en Corea del Sur. Aquí tiene solo dos libros publicados y allá es una estrella. Es interesante, los coreanos seleccionan de Europa lo que les llama la atención para que sea adaptado o publicado en Corea”, explicó.

La Feria del Libro Infantil de Bolonia transcurrió entre los días 25 y 28 de marzo y el país invitado de esta edición ha sido Suecia. El país nórdico está considerado una potencia del libro infantil y uno de sus principales propagadores, al organizar por ejemplo el premio Memorial Astrid Lindgren, que este año ha ido a parar, por cierto, a la autora argentina Marisol Misenta.

Autor: Carlos Ferrer
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