La divina mezzosoprano descubre al Divino Bohemo

"Las bellas imágenes", es una de las composiciones y el título del último disco compacto de la mezzosoprano Magdalena Kozená en el que la joven cantante sigue fiel a su designio de propagar en el mundo a los compositores checos. Después de presentar al público la música de cámara del siglo 20 de Bohuslav Martinu, esta vez, la intérprete ha escogido al compositor clasicista del siglo 18, al "Divino Bohemo", como lo apodaban en su época los italianos, Josef Myslivecek.

A Josef Myslivecek, Wolfgang Amadeus Mozart y Christoph Willibald Gluck, cuyas arias renacen en "Las bellas imágenes", los une, además de su música, los vínculos que tenían con Bohemia y la capital checa. Myslivecek nació ahí, Gluck llevó a cabo en Praga sus estudios y Mozart vivió en la ciudad de las cien torres un tiempo muy feliz desde el punto de vista artístico.

Magdalena Kozená cautiva al auditorio de su último disco no sólo como una brillante cantante, cuya voz revuelve una amplia gama de emociones atrayendo al público al interior mismo de las composiciones, sino también como modelo. "Las bellas imágenes" está acompañado de fotos impresionantes de la intérprete y de vistas de Praga. Parece que Josef Myslivecek, desde cuya muerte han transcurrido hoy 221 años, no pudo encontrar a mejor propagadora de su obra que a la mezzosoprano Magdalena Kozená.