La cueva prehistórica Sipka

La cueva Sipka, en el término del pueblo de Stramberk, en la parte oriental de Chequia, se hizo célebre en el siglo 19 al ser descubiertos en su interior restos óseos del hombre de Neanderthal, concretamente la mandíbula inferior de un niño Neanderthal. 20 mil años después presenciamos un curioso intento de repoblar la gruta prehistórica, ubicada en el cerro calcáreo Kotouc.

Fue una joven pareja- Pavel y Martina- de un cercano pueblo que tomaron la decisión de seguir las huellas de los hombres de Neanderthal que otrora habían habitado la cueva Sipka. A finales de julio pasado colocaron ante la entrada en la cueva paja y pieles y encendieron una hoguera en la que asaban tortillas de papa o tortas de cereales.

Cuando querían variar el menú, recogían setas o preparaban un plato de leguminosas. Los desechos los enterraban. Pasaban la noche en una pequeña depresión en el cerro calcáreo, protegiéndose ante la intemperie con una especie de persiana de ramas. Al ensayar el modo de vida ecológico en la cueva prehistórica, Pavel, de 30 años, pudo aprovechar sus experiencias de viajes en bicicleta por Asia donde conoció cómo es posible vivir en armonía con la Naturaleza y sin disponer de las conquistas de la civilización moderna.

Pavel y Martina exhibieron en la gruta las plantas secas que habían recolectado en sus afueras y explicaban pacientemente a los visitantes cómo vivir sin las comodidades modernas.

La "prehistórica" pareja, entre comillas, se vio obligada primero a afrontar la incomprensión del vecindario de Stramberk y de los turistas. Muchas personas los observaban durante varias horas sin quitar de ellos los ojos.

Después de un mes, Pavel y Martina suspendieron su experiencia prehistórica, pero exhortaron a otros interesados a proseguirla. Además, proyectan realizar en la gruta nuevas iniciativas encaminadas a la concientización ecológica del público.

Entretanto, la Agencia para la protección de la Naturaleza y del Paisaje ordenó a los inquilinos abandonar la cueva ya que no contaban con el permiso del Ministerio de Medio Ambiente. El director de la Agencia reconoció, no obstante, que al habitar la cueva los jóvenes ecologistas no dañaban la reserva natural en la que ésta se encuentra.

Los jóvenes han ganado un importante aliado- el alcalde de Stramberk- que quiere convocar un referéndum municipal sobre si los vecinos desean que la cueva Sipka esté deshabitada o poblada.

Una paradoja del revuelo surgido en torno a Sipka es el hecho de que en la otra vertiente del cerro Kotouc se extrae desde hace decenas de años la caliza.La Compañía Eléctrica Checa utiliza la caliza de Stramberk para la desulfuración de las centrales térmicas de Bohemia del Norte. Del cerro Kotouc, devorado por las máquinas extractoras, ha quedado apenas la mitad.