La climatología gira el timón de la historia

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A los científicos checos no les cabe la menor duda de que la climatología marcó la historia nacional.

Foto: archivo de Radio Praga
La climatología puede a veces girar el timón de la historia...En la Edad Media la sequía era considerada como un castigo de Dios. Curiosamente, en 1393 la ola de calores contribuyó al surgimiento del culto de San Juan Nepomuceno.

El rey checo Venceslao IV ordenó torturar al vicario Juan Nepomuceno para obtener informaciones sobre su adversario político, el arzobispo de Praga, Juan de Jenstein. El cuerpo del santo, torturado hasta la muerte, fue arrojado por los esbirros del rey desde el Puente de Carlos al río Vltava.

Al cabo de cuatro semanas, los praguenses encontraron el cadáver del vicario Juan debido al bajo caudal del Vltava, causado por la sequía. El historiador Vít Vlnas señala que a la gloria póstuma de Juan de Nepomuceno contribuyó el hecho de que el verano de 1393 fue extraordinariamente seco y muchos pensaron que la sequía era un castigo por la muerte de un inocente.

Los historiadores opinan que en el siglo 15 la climatología contribuyó a varias victorias de los husitas. En aquel entonces el clima era húmedo y la tierra estaba empapada de agua. Los husitas que combatían de pie, se movían sobre los terrenos mojados con más agilidad que los cruzados montando caballos en sus pesadas armaduras.

Otro ejemplo de la influencia de la climatología en la historia lo encontramos en la Guerra de los Treinta Años que asoló el continente europeo entre 1618 y 1648.

Hasta 1620 se registró en Europa Central un período de clima cálido al que sucedieron años de brusco enfriamiento. Los climatólogos comparan el descenso de las temperaturas al del período de glaciación.

Los centroeuropeos no estaban preparados para hacer frente a un cambio tan radical de la climatología. Europa Central fue el principal teatro de la guerra entre protestantes y católicos. El cambio climático influyó en el desarrollo de las operaciones bélicas y facilitó el avance de las tropas protestantes suecas, mucho más resistentes al frío que las unidades católicas. En 1648 los suecos entraron en Praga, llevándose después como un regalo a la reina Cristina una parte de las colecciones del emperador Rodolfo II.

Sin embargo, trajeron a Europa Central una prenda de vestir para abrigarse del frío: el suéter de gruesa lana.

Y vamos al siglo 20. No cabe duda que la sequía que afectó a Checoslovaquia en 1947 aceleró la llegada de los comunistas al poder.

La cosecha de cereales fue muy magra y el gobierno checoslovaco no vio otra solución para paliar la escasez de trigo que importarlo de la Unión Soviética. Con el fin de fortalecer su poderío en Europa Central, la potencia comunista suministró el trigo, sacificando a la propia población rusa que padeció hambruna.

Además, los comunistas checoslovacos sacaron dividendos políticos del infortunio que afectó a los agricultores. Cuando en 1948 tomaron el poder, pudieron contar con el apoyo del campesinato.