La cantante checa Markéta Irglová peleará por el Oscar
La pianista y cantante checa Markéta Irglová fue nominada al premio Oscar a la mejor canción original por el tema ’Falling Slowly’, de la película ‘Once’, que compuso e interpreta con el irlandés Glen Hansard.
Markéta Irglová compuso la banda original de ‘Once’ con el músico irlandés Glen Hansard. Ambos se conocieron en un festival de música en el que Hansard participaba con su banda The Frames. Los largos años de amistad que les unen, le dieron un sabor especial a la película, que ganó el Premio del Público en el festival Sundance de 2007.
Antes de ser nominada al Oscar, Markéta Irglová expresó en Radio Praga su alegría por el hecho de que, gracias al éxito de la película, su música tendrá mayor difusión.
“Es nuestro mayor orgullo que los espectadores que verán la película podrán disfrutar además de nuestra música. Gracias al filme, nuestras canciones están expuestas a toda clase de público que de otra forma no nos habría conocido. Y eso es algo fantástico y maravilloso”, dijo la cantante.
Con el papel de emigrante checa en la película ‘Once’, Markéta Irglová debutó en la pantalla grande. Según destacó la oriunda de la ciudad de Valašské Meziříčí, el Oscar sería el mejor regalo para su vigésimo cumpleaños, que festejará el 28 de febrero. En caso de cumplirse su deseo, Markéta Irglová se convertiría en la primera artista checa en ganar el Oscar en la categoría de mejor canción original.
“El tema ‘Falling Slowly’ es excelente. Por eso no vacilé en incorporarlo en mi película”, opinó el cineasta checo Jan Hřebejk, en cuya cinta ‘Beauty in trouble’ sonó esta canción por primera vez. Hřebejk, nominado al Oscar hace siete años por ‘Lo mejor de nosotros’, opinó que Markéta Irglová se merecía el premio.
A los premios de la Academia de Cine estadounidense aspirarán este año otras películas con vínculos checos. Nominada al Oscar al mejor guión original está la película animada ‘Ratatouille’, basada en una idea del animador checo Jan Pinkava. Entre las cintas nominadas a la mejor película de habla no inglesa figura la coproducción alemano-austríaca ’Los falsificadores’, basada en el libro de Adolf Burger, autor eslovaco radicado en la República Checa.