Jóvenes gitanos checos no conocen su propia cultura

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El activista gitano español, Pedro Aguilera, de Barcelona, familiariza a los alumnos checos de Moravia del Norte con la cultura gitana y su influencia en la cultura europea.

Los jóvenes gitanos en la República Checa no saben nada de su identidad cultural. Ni en las escuelas primarias especiales en las que prevalece el alumnado gitano se enseña a los niños lo que son las tradiciones gitanas o cuáles destacadas personalidades han salido de esa minoría étnica.

Para cambiar esa situación surgió el proyecto "Gitanos checos en la Europa de las naciones", un tipo de taller educativo y de debate destinado a los alumnos de las escuelas primarias, tanto gitanos como no gitanos.

Sin denegar el temperamento de un gitano español, Pedro Aguilera se ha incorporado a este proyecto, presentando las experiencias de su país. "En la educación está el futuro", subraya Pedro Aguilera.

"Yo siempre digo, un pueblo que se olvida de sus costumbres, deja de ser pueblo. Pero un pueblo que no tiene formación está llamado a desaparecer. Por eso cuando hablamos con los niños Roma se lo decía: vosotros sois un futuro de vuestra generación, vosotros sois los que tenéis que procurar que no se olvide nada de lo que vosotros queráis que no se tenga que olvidar. Si creéis que en este momento lo más importante es la lengua hay que defender la lengua. Y hay que prepararse para defenderla en todos los lugares. No vale decir: Es que no me quieren porque soy gitano. ¡No! Lo que hay que hacer es demostrar que somos gitanos pero que sobre todo somos ciudadanos", destaca Pedro Aguilera.

El mayor problema de la sociedad checa en cuanto a la problemática gitana se refiere consiste en el desconocimiento, opina Pedro Aguilera.

"El desconocimiento provoca miedo, pero por todos lados. Provoca miedo a los gitanos, y provoca miedo a los no gitanos. Yo creo que hoy los niños gitanos no han aprendido mucho. Quizá han visto algo más del flamenco, y saben el compás. Pero lo importante ha sido que una persona de fuera ha venido y les ha explicado que esto también pasa en España, y que además no pasa nada por compartirlo. Y estos niños payos lo que han visto es que compartir es bueno. Puede ser que mañana se reúnen aquí con un persona que venga, por ejemplo, de América Latina a explicar cómo es su vida en Latinoamérica, y a lo mejor resulta que también es agradable escucharlo. Yo creo que cuanto más se conoce menos miedo se tiene", apunta Pedro Aguilera.