Grupo musical gitano triunfa con música folk
La poética gitana tradicional, la alegría mezclada con la melancolía es lo que caracteriza las composiciones del grupo gitano Gulo car, de la ciudad morava de Brno. Recientemente, este elenco lanzó al mercado discográfico checo un nuevo disco compacto, titulado "Baro drom" o sea, "Largo Camino", cuyas canciones nos acompañarán a lo largo de este Panorama Checo.
La poética gitana tradicional, la alegría mezclada con la melancolía es lo que caracteriza las composiciones del grupo gitano Gulo car, de la ciudad morava de Brno. Recientemente, este elenco lanzó al mercado discográfico checo un nuevo disco compacto, titulado "Baro drom" o sea, "Largo Camino", cuyas canciones nos acompañarán a lo largo de este Panorama Checo.
El jefe del grupo, Vladimír Dirda, explica por qué escogieron ese título para el disco.
"Ello se debe a que amamos mucho la música y la concebimos como un largo camino, un camino sin fin, una maravillosa fuente de inspiración que nosotros tratamos de aprovechar".
Vladimír Dirda señala que el grupo gitano Gulo car surgió hace unos veinte años pero que recién ahora cosecha los frutos de su trabajo.
"El grupo surgió a comienzos de los años ochenta bajo otro nombre. Poco a poco fue creciendo el número de sus miembros. Llegaron varios músicos muy talentosos. Recuerdo que entonces se presentaban jóvenes que deseaban tocar con nosotros, pero tenían problemas con el alcohol, la droga o robaban. Escogimos a algunos, dándoles nuestra confianza y mostrándoles con nuestro ejemplo que existe otro camino mejor en la vida, el camino de la música. Y que también ellos pueden vivir mejor, ya que este país ofrece amplias posibilidades al que desee hacer algo con dedicación y seriedad".
El grupo gitano Gulo car tiene sus raíces en uno de los barrios de Brno que no es de los más atractivos desde el punto de vista arquitectónico, pero que se caracteriza por una singular coexistencia entre gitanos y no gitanos. El ambiente gris del barrio contrasta con la admirable musicalidad de sus habitantes.
"Es un barrio en el centro de Brno, habitado mayormente por gitanos. Podríamos decir que se trata de un Bronx de Brno. Desde hace tiempo, junto a los gitanos viven en el barrio muchos checos no gitanos, siendo muy buena su coexistencia. Claro, a veces surgen algunos problemas, como en cualquier otra parte, verdad, pero nunca son graves y se resuelven con tranquilidad", afirma el jefe del grupo musical gitano, Vladimír Dirda.
La mayoría de los miembros del elenco toca en su tiempo libre, desempeñándose en diversas profesiones. Pero la música forma parte inseparable de sus vidas y no se pierden ni una sola oportunidad para dedicarse a ella.
"Tenemos programados ahora varios conciertos para cumplir la deuda con nuestros fans que se debió al trabajo sobre el último disco. La actual gira artística incluye las ciudades de Brno, Praga, Ostrava, Pilsen y también tenemos previsto actuar en la vecina República Eslovaca", sostiene Vladimír Dirda.
Las composiciones del grupo gitano Gulo car no son típicamente gitanas sin embargo. Se puede decir que el elenco interpreta música funk, influenciada por la melódica y el temperamento gitanos, así como por la música pop contemporánea. Pero las canciones son interpretadas en romanó y los textos los escriben los miembros del grupo.
"Los textos de las canciones sí son tradicionales, típicamente gitanos, pero la música es un poco diferente. Esto se debe a que, en la infancia, ninguno de nosotros se había identificado enteramente con la música gitana. Nuestra generación creció en medio del jazz, el funk y otros géneros musicales y esa influencia se nota", señala Vladimír Dirda.
Quizás sea por ello que la música de Gulo car tiene en la República Checa una amplia acogida. La escuchan jóvenes así como personas de mayor edad, gitanos, al igual que no gitanos.
Incentivar en los niños gitanos de la República Checa un mayor interés y una profunda relación hacia la cultura, las tradiciones y la lengua gitanas es el objetivo del concurso Romano suno. Es organizado todos los años por la asociación cívica, Nueva Escuela y recientemente tuvo lugar en Praga la presentación pública de los mejores trabajos de su última edición. Iveta Pape, una de las organizadoras del evento nos acerca el tema.
"Romano suno es un concurso destinado tanto a niños gitanos como no gitanos y está dividido en dos secciones. Una es literaria y la otra artística. En la primera los participantes tienen que escribir un corto relato sobre un determinado tema y tienen que hacerlo en romanó. Por ello, en esta parte suelen participar casi exclusivamente niños gitanos, pero a la sección artística, que implica hacer un dibujo sobre cierto tema, asisten muchos niños no gitanos".
Iveta Pape sostiene que también los niños gitanos tienen con frecuencia problemas al escribir en romanó y se ven obligados a servirse del diccionario. Esto se debe a que hoy en día, en muchas familias gitanas checas se habla sólo en checo. Además, la mayoría de los niños gitanos frecuentan escuelas donde se enseña en checo, y el romanó paulatinamente lo van olvidando.En la República Checa hay también escuelas frecuentadas sólo por niños gitanos, pero los especialistas en pedagogía insisten en que separar a los niños gitanos de los no gitanos es negar los empeños de la sociedad por la integración de la etnia gitana entre la población mayoritaria. Con ello coincide el activista gitano Pedro Aguilera, de Barcelona, quien hace poco visitó la República Checa y enseñó a niños gitanos.
"Yo creo que no es bueno, porque si se mete en un solo lugar a los miembros de una comunidad, sea la que sea, lo que se logra es que ese grupo sea egocéntrico y no tenga ningún tipo de contacto con los demás. En cambio, si en un mismo lugar se tiene a tres, cuatro o cinco minorías étnicas o grupos que puedan compartir desde pequeños, es natural que cuando lleguen a cumplir los treinta años ya no se plantearán que eso u lo otro es malo. La convivencia ayuda al mejor entendimiento, a la amistad. Seguramente en ese grupo habrá luego muchos amigos. En cambio si se encierra a los grupos, lo más probable es que se genere el odio", afirma Pedro Aguilera.
Volviendo al concurso Romano suno, cabe decir que algunos de los trabajos de los niños, especialmente en la sección literaria, son muy conmovedores. En la última edición por ejemplo, Arnost Klíma, de quince años describió sus experiencias con la droga y Lukás Mizigár, de doce años de edad, confesó que en casa lo maltrataban tanto que tuvo que refugiarse en un asilo infantil.
Naturalmente, hay también contribuciones más alegres, los niños gitanos escriben sobre la Navidad, sobre las vacaciones que pasaron con sus padres o sobre las cosas que vieron al viajar al extranjero. Temas semejantes refleja la sección artística del concurso. Con frecuencia, según Iveta Pape, los niños gitanos suelen dibujar y describir los funerales gitanos, que se vinculan con muchas tradiciones.
¿Cuáles son los premios a los mejores participantes en el concurso?
"Tratamos de que los premios sean bonitos. Por ejemplo, una grabadora, una cámara fotográfica o una bicicleta. Imagínense lo que puede significar para un niño gitano que vive en una aldea, digamos, en el norte del país y que nunca tuvo una bicicleta o la tuvo pero heredada, recibir de pronto una nueva. Y recibirla, además, en la capital, Praga, como premio por haber ganado un concurso. Debe ser una maravillosa vivencia para toda la familia".
Ese fue el comentario de Iveta Pape, una de las organizadoras del concurso literario y artístico Romano suno, destinado especialmente a niños gitanos. Los mejores trabajos del concurso son publicados anualmente en una miscelánea a disposición de todo aquél que la solicite.