Jan Svěrák, el creador de ‘Kolja’: en el nombre del padre

Jan et Zdenek Sverak

No es tan prolífico como Jan Hřebejk. Ni tan intelectual como Petr Zelenka. Ni tan profundo o contemplativo como Bohdan Sláma. En Jan Svěrák, el Steven Spielberg del cine checo, se conjugan distintos atributos que hacen de él una figura entrañable, muy comercial pero con prestigio artístico y de exportación. Y todo bendecido por su padre, el actor y dramaturgo Zdeněk Svěrák, que es su coguionista principal.

Jan  (a la izquierda) y Zdeněk Svěrák
Jan Svěrák es el más cinéfilo de los realizadores de su país y eso lo demuestra en su versatilidad. Tiene la suerte de ser admirado por la crítica, por los festivales y por las academias de cine. Además, por si eso fuera poco, cuenta con el beneficio del público. Y aunque con altibajos, como todo mortal, sigue siendo el cineasta checo de mayor resonancia internacional. En mayo de este año se estrena su séptimo largometraje de ficción, ‘El Regreso de Kuky’ (‘Kuky se Vrací’) en el que vuelve a cambiar de género. Esta vez hace una incursión en el cine de animación, para toda la familia.

Pero sin duda es conocido principalmente por ser el creador de la oscarizada ‘Kolja’ (1996), que se convirtió en un hit en todo el planeta, además de ‘Un Mundo Azul Oscuro’ (‘Tmavomodrý Svět’, 2001) y ‘Botellas Retornables’ (‘Vratné Lahve’, 2007), entre otros exitazos de la industria fílmica local. Y a pesar de ser todavía joven -nació en 1965-, en su palmarés, nutrido y generoso, se encuentran algunos de los premios más importantes del cine mundial: el Oscar y el Globo de Oro, que obtuvo ambos gracias a ‘Kolja’, o el Globo de Cristal de Karlovy Vary, que ganó en 1995 gracias a ‘The Ride’ (‘Jízda’) son solo algunos ejemplos.

‘Papá’
No se entiende el cine de Jan Svěrák sin la figura de su padre, el actor, dramaturgo y comediante Zdeněk Svěrák, omnipresente a lo largo de toda la filmografía de su hijo, ya sea como actor, guionista o productor. La simbiosis es tal que en 2004 el director estrenó un documental titulado ‘Papá’ (‘Tatínek’), sobre su progenitor. Jan Svěrák recuerda cómo nació esa película.

“Me ayudó mucho para hacerme una primera idea del documental cuando fuimos con mi papá a Žatec, con ‘Un Mundo Azul Oscuro’. Me llevó al lugar donde yo nací y donde solo había vuelto antes en una oportunidad. Me llevó a un patio y me dijo que en ese lugar yo miraba las paredes descascaradas, y me preguntaba: ‘¿Eso es todo? ¿Aquí voy a pasar el resto de mi vida? ¿Aquí voy a trabajar, a enseñar, a escribir?’. A lo mejor esas pobres perspectivas me obligaron a hacer algo más en la vida. Llevé a mi papá al lugar donde vivimos para que bajo esa emoción nos revelara algo en el documental”.

Ya con su primer largometraje, ‘Elementary School’ (‘Obecná Škola’, 1991), con guión de su padre, que también tiene uno de los papeles principales, la dupla Svěrák fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera. Y esa colaboración ha seguido imparable hasta la fecha, aunque con algunos roces, como publicitó la prensa checa durante la preproducción de ‘Botellas Retornables’. Un primer bosquejo del guión del padre no satisfizo al hijo y la sociedad estuvo a punto de romperse. Pero todo se arregló, comenta Jan Svěrák.

“En el guión definitivo, todo lo que ocurre entre Eliška y su marido es nuevo, lo rescribió mi padre, yo se lo pedí. Antes la película trataba solo sobre un señor jubilado que quería volver a trabajar y la historia transcurría en un supermercado y ese guión a mí no me satisfizo”.

‘Botellas Retornables’
Y aunque la sociedad continúa, Jan Svěrák duda si su padre querrá en el futuro protagonizar otra película.

“Creo que mi papá ya no tiene ni las ganas ni la fuerza de escribir un guión en el que el papel principal le corresponda a él. Pero nunca digas nunca jamás. Seguramente volveremos a trabajar juntos en alguna película, me ayudará a escribir los diálogos, en eso él es insuperable, tiene oído para eso. Ha escuchado mucho a la gente, sabe cómo hablan y sabe ponerlo en el papel”.

Hasta el momento, ‘Botellas Retornables’ es el último largometraje de los Svěrák, aunque viene otro en camino. Zdeněk Svěrák recuerda de dónde sacó la idea para esta película, que triunfó en la taquilla checa del año 2007.

“La inspiración para la historia de ‘Botellas Retornables’ es una persona que conocí en Praga, un hombre que trabajaba en la sección de devolución de botellas en un supermercado. En todo el tiempo que lo conocí nunca dijo una palabra y eso empezó a molestarme. Entonces empecé a preguntarme cómo sería si yo estuviera en su lugar. Y empecé a imaginarme a un empleado mucho más comunicativo, a la vieja usanza, porque antes se hablaba mucho más en este tipo de lugares”.

Antes de ‘Botellas Retornables’, Jan Svěrák había sorprendido a todo el mundo con el documental ‘Papá’, una suerte de homenaje al hombre que más le ha marcado e influido.

‘Kolja’
“Veo a mis padres envejeciendo, le tengo envidia a mi papá, que tiene el teatro y que lo necesitan todas las noches en algún lado. Y me pregunto como sería para él sin todo esto. Si estaría en tan buena forma física, ya que todavía monta en bicicleta y esquía. Y me pregunto si hubiera envejecido mal sin todo esto. Y claro, también pienso en lo que me espera a mí. Porque yo ya pasé los 40 y veo que la vida no es infinita, sé que va a terminar en algún lado y yo también llegaré a esa edad. Así que para mí la película fue importante porque me imaginé mi propia vejez”, comenta Jan Svěrák.

Pero sin duda, el largometraje más importante en la trayectoria de estos dos artistas es ‘Kolja’, la entrañable historia del niño ruso que por un error queda a merced de un donjuán cincuentón, con ínfulas de adolescente, y entre ambos empiezan a conocer el verdadero significado de la vida.

A Jan Svěrák no le gusta mucho volver a ver sus películas, pero con ‘Kolja’, que tuvo cerca de 20 millones de espectadores en todo el mundo, ha hecho la excepción.

“El otro día volví a mirar la película y tengo que reconocer que de nuevo me sentí sorprendido y tocado por las imágenes, por el guión, por la calidad de los diálogos. Además, me impactó mucho ver a mi padre tan joven. Quizás por eso tuve una sensación de melancolía”.

En una entrevista con Radio Praga, Svěrák reconocía con nostalgia que ‘Kolja’ está envejeciendo bien.

‘Jízda’
“Por supuesto que las películas envejecen, todas lo hacen y ‘Kolja’ no es la excepción. Pero creo que todavía no ha pasado demasiado tiempo, creo que podremos hablar al respecto dentro de 30, 40 años. Cuando era niño miraba las películas mudas de Charlie Chaplin, era parte de la cultura de esa época. Pero en la actualidad no pasan por televisión esas películas. Mis hijos no podrían entender que a alguien se le ocurriera mirar esas películas mudas en blanco y negro. ¿Qué hay de divertido en ellas?, se preguntarían. Lo mismo ocurrirá con ‘Kolja’, pero no todavía”.

Se ha hablado mucho también de una segunda parte de ‘Kolja’, que mostraría al niño en su paso de la juventud a la adultez. Pero a Jan Svěrák esa idea no le hace mucha gracia.

“No, no, para nada. Cuando terminamos de filmar ‘Kolja’, el niño ruso que lo interpretó tuvo esa idea. Que él se iba del país con su madre, se radicaba en Alemania, se convertía en médico y muchos años después volvía a Praga a salvarle la vida al personaje de mi padre, que está muy enfermo. Esa era su idea de una continuación. Pero yo no creo en segundas partes ni en terceras. Nunca son tan buenas como el original”.

De los cinco largometrajes de ficción que ha filmado Jan Svěrák, en solo uno su padre no está presente ni en el guión ni en la producción ni en el reparto. Se trata de ‘The Ride’ (‘Jízda’, 1994), una road movie sobre dos hombres y una mujer, interpretada por Aña Geislerová en uno de sus primeros papeles protagónicos. Estos tres personajes comparten casi por casualidad un viaje por el país en el que no falta romance ni humor ni acción, en un filme de bajo presupuesto que se convirtió en un inesperado éxito y que todavía sigue siendo una cinta de culto.

La opera prima de Svěrák, ‘Elementary School’ es una película que se remonta a la época de la inmediata posguerra, cuando un grupo de niños asiste a una escuela rural a aprender algo más que lo necesario.

‘Un Mundo Azul Oscuro’
El tema de la guerra lo volvió a tomar con ‘Un Mundo Azul Oscuro’ (‘Tmavomodrý Svět’, 2001), la superproducción más cara del cine nacional, esta vez centrado en los pilotos checos que pelearon por los aliados en la guerra y que después sufrieron la represión comunista.

Entre medio figura la película más curiosa de Svěrák: ‘Accumulator 1’, estrenada el mismo año de ‘The Ride’, en 1994. Es una cinta de ciencia ficción, su particular visión del género, que tuvo tantos detractores como entusiastas y que demostraba la versatilidad de este talentoso realizador.

En mayo de este año debería estrenarse el nuevo filme de Jan Svěrák ‘El Regreso de Kuky’ (‘Kuky se Vrací’). Se trata de una película animada, para confirmar su variedad de registros, orientada al público infantil, en la que un perro que se pierde en el bosque es el héroe. Su padre hace de coguionista y narrador y su hijo de nueve años tiene un papel. La saga de los Svěrák sigue creciendo.

Las películas de Jan Svěrák

‘Ropáci’ (1988): Cortometraje ocurrente e imaginativo que fue premiado con el Oscar de los estudiantes en Hollywood. Primera llamada de atención de Jan Svěrák.

‘Elementary School’ (Obecná Škola, 1991): Nominada al Oscar a la mejor película extranjera, una historia de aprendizaje, en los albores de la posguerra, a fines de 1945 y comienzos de 1946. Primer largometraje de Jan Svěrák, que puso la vara bien alta.

‘Accumulator 1’ (Akumulátor 1, 1994): Una extravagancia, una película que sorprendió a todo el mundo. La peculiar incursión de los Svěrák, padre e hijo, en el género fantástico, en una película en el mejor estilo David Cronenberg, aunque en tono comedia.

‘The Ride’ (Jízda,1994): Una road movie como tiene que ser. Simple, directa, donde el principal viaje es interior, no exterior. Una gran pequeña película. Hoy es un filme de culto y el tema central, del grupo Buty, un clásico del pop checo. Svěrák padre no figura en los créditos.

‘Kolja’ (1996): El mayor éxito del cine checo de todos los tiempos. Gracias a esta película, el país pudo saborear un Óscar nuevamente, tras 30 años de espera (la anterior había sido ‘Trenes Rigurosamente Vigilados’, de Jiří Menzel, según la novela de Bohumil Hrabal).

‘Un Mundo Azul Oscuro’ (Tmavomodrý Svět, 2001): Superproducción bélica con increíbles escenas aéreas, es un homenaje a los héroes checos de la Segunda Guerra Mundial, que pelearon del lado de Fuerza Aérea Británica para después ser ninguneados por el nuevo régimen.

‘Papá’ (Tatínek, 2004): Documental homenaje al genio creador de Zdeněk Svěrák.

‘Botella Retornables’ (Vratné Lahve, 2007): Una comedia agridulce sobre los sinsabores de la vejez, la reticencia a dejar de trabajar, las ganas de sentirse útil.

‘Kuky se Vrací’, 2010: Debería ser estrenada en mayo de este año. Una incógnita. Es una película de animación, destinada a un público más amplio, sobre todo infantil y juvenil.

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