Investigación de la tragedia en la mina Schoeller

El año pasado fue malo para los mineros checos. A finales del pasado mes de noviembre una explosión del grisú sacudió la mina de carbón Schoeller en Kladno, al oeste de Praga. El desastre se cobró las vidas de cuatro mineros. En esta edición de Ciencia y Tecnología les hablaremos de la investigación de esta tragedia y de los peligros que acechan en las minas checas.

Los investigadores han concluído que los cuatro mineros del pozo Schoeller perecieron por no haber respetado las normas de seguridad.A pesar de la estricta prohibición, los mineros fumaron en el interior de la mina y ello provocó la explosión del gas metano y el incendio.

"Encontramos dos encendedores y pertrechos de fumar. Se ofrece la conclusión de que fue la utilización de un encendedor lo que provocó la explosión", dice el jefe de la comisión investigadora, Frantisek Hrubant.

Un papel clave en la tragedia corresponde también a la deficiente ventilación. Los tubos de ventilación se hallaban a 32 metros del lugar donde se extraía el carbón.Las normas establecen como máxima la distancia de 10 metros. "Si la ventilación hubiera estado en orden, la tragedia no se habría producido", comentó el presidente de la Oficina Minera Checa, Roman Makarius.

Aún así, los especialistas consideran la explosión del metano en el pozo Schoeller como una anomalía natural. Y es que en las minas de Kladno jamás se había registrado la presencia del peligroso grisú.

El historiador Stanislav Opasek que trabaja en un Museo de Minería, en Moravia del Norte, hizo hace años su aprendizaje de minero en Kladno. Opasek recuerda que hasta 1960 se utilizaban en los pozos locales lámparas de acetileno, de llama abierta, ya que los mineros estaban seguros de que en la cuenca carbonífera de Kladno no había metano.

La reciente tragedia en el pozo Schoeller obligó a la Oficina Minera Checa a clasificar las minas de Kladno como peligrosas debido a la presencia del grisú. Las compañías mineras se verán obligadas a desembolsar millones de coronas para mejorar la seguridad de las explotaciones.

El cierre de la mina Schoeller estaba previsto para el año 2005, pero corren rumores de que la Compañía Checomorava, propietaria de la mina, pueda proceder al cierre inmediato del pozo o reducir su explotación.

Mientras que hasta la reciente tragedia del pozo Schoeller, los mineros de Kladno, en Bohemia Central, no tuvieron problemas con el grisú, en la cuenca carbonífera de Ostrava y Karviná, en el extremo nororiental de la República Checa, el grisú causó la muerte en los 200 años de la explotación de miles de mineros.La última explosión de grisú y el incendio que se produjo en la mina se cobraron en 1990 la vida de 30 mineros en el pozo 1 de Mayo de Karviná.

En las minas de Ostrava la explotación cesó en 1996, pero el grisú de las minas abandonadas sigue matando. En 1997 una persona resultó muerta y 9 fueron heridas al producirse la explosión del grisú en una cantina adonde el metano había penetrado a través del sótano, construído sobre una vieja mina.

Desde entonces los expertos mineros vigilan atentamente el escape de grisú de las minas y miden sus concentraciones. Pero las medidas de precaución no pudieron impedir que en 1999 volara por el aire con su casita una señora jubilada que había encendido una vela sin sospechar de la presencia de explosivo grisú en su hogar.