Iniciativa ecuatoriana para el clima Yasuní: una apuesta también para los checos

Foto: Zbyšek Podhrázský

Ecuador dejará bajo tierra 846 millones de barriles de crudo, a cambio de una compensación de 7 mil millones de dólares de la comunidad internacional. Con ello se salvará una valiosa selva tropical y se impedirán las emisiones de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono. Esta es la propuesta Yasuní. En la República Checa es promovida por la Fundación Alianza (Nadace Partnerství).

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El Parque Nacional Yasuní se sitúa en la llanura amazónica, al noreste de Ecuador. Una hectárea de la selva es habitada por tantas especies de animales y plantas como toda América del Norte. En el territorio de más de 9.200 kilómetros cuadrados, que equivale a la extensión de Bohemia del Sur, viven casi diez mil indígenas de pueblos naturales que no mantienen contactos con la civilización. La Iniciativa Yasuní es una propuesta sin precedentes que busca preservar este patrimonio, explica Michal Veselý, de la Fundación Alianza.

“Es un proyecto único porque combina más factores. Protege la selva pluvial con una gran cantidad de especies, en muchos casos endémicas. Protege el territorio de las tribus indígenas que viven de manera tradicional original. No se explotarán reservas de petróleo gracias a lo cual no se emitirá al aire el dióxido de carbono. Y muy importante es que este proyecto permitirá transformar la economía ecuatoriana diversificando sus fuentes de ingreso”.

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Ecuador estima que el yacimiento de petróleo bajo el Parque Nacional Yasuní aportaría a las arcas estatales aproximadamente 13 mil millones de dólares. Una suma considerable para un país en el que las ganancias del crudo constituyen más de una tercera parte de los ingresos nacionales.

Según el presupuesto de la Iniciativa Yasuní, 27 países desarrollados compensarían a Ecuador la mitad de ese monto, la República Checa, en concreto, contribuiría con 2.050.000 dólares anuales en los próximos 13 años. Los recursos reunidos en una cuenta especial, administrada por la ONU, se invertirían, entre otros, en fuentes alternativas de energía.

“Algunos países es esfuerzan por obtener recursos para detener la deforestación, Ecuador intenta conseguir fondos para la no explotación”, destaca Michal Veselý.

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“Las inversiones no serían solamente de los Estados, sino también de las empresas industriales que contaminan el medio ambiente. Por ejemplo, si una fábrica checa necesitara emitir más emisiones en Chequia, podría comprarse los derechos de emisión invirtiendo en la selva de Ecuador. Naturalmente, surge la pregunta de si es bueno o no”.

La Iniciativa Yasuní representa un nuevo modelo posible de comercialización de carbono, que podría formar parte de un nuevo tratado internacional que sustituirá el Protocolo de Kyoto, resalta Michal Veselý.

“Teóricamente este modelo lo puede aplicar cualquier país tropical que tiene reservas de materias primas y una selva pluvial. Este modelo ecuatoriano se podría transferir a otros países y cumpliría los cuatro objetivos importantes que mencioné”.

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Michal Veselý, de la Fundación Alianza, visitó Ecuador en septiembre del año pasado, con una expedición internacional integrada por representantes de Organizaciones No Gubernamentales y de ciudades asociadas en la Alianza del Clima.

“Viajamos principalmente a la zona tropical, a las ciudades Lago Agrio y Coca, que es la puerta al Parque Yasuní. También tuvimos la oportunidad de visitar varias comunidades indígenas en la selva, debatir con representantes de las mismas, así como con miembros de la Asociación COICA que defiende los derechos de los aborígenes”.

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La explotación de petróleo en Ecuador se inició hace 40 años con la llegada de la empresa estadounidense Texaco, relevada posteriormente por Sheveron. Las actividades petrolíferas destruyeron entre el 20 y 30 por ciento del territorio cubierto por la selva, advierte Michal Veselý.

“Hoy esta zona tiene el carácter de una sabana, de un paisaje agrícola, a menudo muy seco y por lo tanto amenazado por la desertificación. En esta región destruida vimos qué rápido avanzó la civilización. Se quedaron allí las torres petrolíferas y muchos habitantes pobres que vinieron en búsqueda de trabajo que no encontraron. También estuvimos en la selva en el territorio que no ha sido afectado todavía pero que está amenazado por la explotación”.

En junio la Fundación Alianza instalará una exposición sobre la Amazonía ecuatoriana en el Club de Viajeros (Cestovatelský klub) en Brno. La organización checa editó asimismo un CD-ROM interactivo con fotos de la muestra y un artículo sobre Yasuní, que fue entregado a los participantes de la conferencia internacional de la Alianza del Clima, celebrada en Perugia, Italia.


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Según el diario ecuatoriano La Hora, la administradora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark, firmará el 20 de mayo en Ecuador la constitución de un fideicomiso internacional para la gestión de los fondos para la Iniciativa Yasuní.

“El fideicomiso será administrado por un directorio conformado por 3 representantes del Gobierno ecuatoriano, que lo preside y tiene el voto dirimente, 2 de los países contribuyentes, 1 de la sociedad civil, 1 representando al PNUD, que lo administra y que tiene voz pero no voto; las resoluciones de este organismo serán tomadas por mayoría de votos“, indicó La Hora.

Hasta el momento, sólo Alemania ha declarado su compromiso de contribuir a este proyecto ecológico innovador con 50 millones de dólares anuales a lo largo de 13 años. Su interés lo han expresado España, Italia, Bélgica, Suecia y Francia. La Fundación Alianza se ha dirigido recientemente al director de Protección del Medio Natural de la Comisión Europea y ex ministro de Medio Ambiente checo, Ladislav Miko, para pedirle apoyo a la Iniciativa.