Ingeniero checo enseñó el diseño de muebles a carpinteros mexicanos
El ingeniero Martin Kovarík de la Universidad Mendel de Brno regresó de México donde impartió cursos de diseño y construcción de muebles. Sus experiencias las compartió con Radio Praga.
El ingeniero Martin Kovarík fue invitado al Estado de Nuevo León, en el Norte de México, para ofrecer una serie de conferencias y talleres a estudiantes universitarios de Monterrey y trabajar con carpinteros de las localidades montañosas de Iturbide y Dr.Arroyo.
"Al partir para México no sabía mucho qué me esperaba porque todos los guías turísticos escriben sobre el Sur del país, que es más atractivo y más visitado. Pues, sabía algo sobre el paisaje, las montañas, etc., pero no conocía la cultura. Como no tenía ganas de imponerles la civilización europea, estaba preparado para todo, lo cual resultó una ventaja porque pude fácilmente adaptar mi programa".
En Monterrey el ingeniero Kovarík enseñó a estudiantes del sexto trimestre de diseño gráfico.
"Me sorprendió que hicieran cosas tradicionales de madera temiendo experimentar con formas y colores. Como llegué de lejos, del extranjero, un poco como un "enfant terrible" podía chocarles y exigirles algo diferente. Se mostró que las estudiantes son muy creativas y cuando se les permite experimentar aceptan gustosamente este juego".
La labor con carpinteros adultos de Iturbide y Dr. Arroyo fue muy distinta. En las montañas de Nuevo León el oficio no se aprende en escuelas profesionales, como ocurre en la República Checa, sino se hereda de los padres a los hijos, apuntó Martin Kovarík. También le sorprendió el hecho de que a pesar de la variedad de colores por la que destaca México, los muebles hechos se pintan con un color: el tradicional marrón."Ellos fabrican los muebles igual que lo hacían sus padres y abuelos. Al visitar sus talleres vi ensambladuras que no se usan en Europa desde principios del siglo XX. Pues, trataba de explicarles cómo ahorrar material, cómo hacer mejores construcciones. Por ejemplo, ellos fabrican unas sillas muy masivas sólo por temer que la silla no aguante el peso de una persona. No obstante, esas sillas tienen dimensiones para sostener una persona de unos 300 kilos. Para su fabricación consumen una enorme cantidad de madera, que también en México empieza a ser cada vez más cara. Así que les enseñé cómo cambiar la construcción de la silla para que fuera más ligera, pero que sirviera a sus fines".
Martin Kovarík subrayó que la falta de equipo técnico fue compensada por el entusiasmo y el enorme interés de aprender lo nuevo. ¿Ha encontrado él mismo alguna inspiración en México?"Cuando estaba en Monterrey visité una estupenda exposición del arquitecto mexicano Legorreta. Vi esos fantásticos colores, la combinación de lo viejo con lo nuevo, algo que se atreverían a hacer pocas personas aquí en Europa. Luego, la visita a la ciudad minera de Zacatecas confirmó mi opinión de que no vale la pena preocuparse por la teoría de los colores porque en el fondo todo puede combinarse con todo".
El ingeniero Kovarík fue invitado a México por los promotores de la naciente Universidad Comenius de Iturbide, entre los que figura el cónsul honorario checo en Monterrey, Radko Tichavský.
"Espero que la cooperación continúe. Me gustó mucho y creo que los cursos tuvieron una buena repercusión. El trabajo no está acabado, han terminado el primer curso. Ahora ya sé qué materiales preparar para la próxima vez".