¡Hola! ¿Cómo estás?

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Desde hace más de dos años cada miércoles invitamos al micrófono a los hispanohablantes radicados en la República Checa para que compartan con nosotros sus experiencias vividas en este país. ¿Cómo ven a los checos y la República Checa en general? Hagamos un resumen de sus opiniones.

Tereza,  Jana,  Jiří y Honza
Los checos son a primera vista un poco fríos y secos, coincide la mayoría de las personas que han llegado a la República Checa desde el mundo hispanohablante, entre ellos el peruano José Luis Pascuali.

"Los checos en primera instancia son un poco cerrados cuando no conocen a una persona, pero eso no implica que uno no pueda tener buena comunicación con ellos. Pero lo importante es realmente entenderlos. Y si uno logra romper esta barrera, para poder comunicarse con los checos, entonces realmente podría decir que si uno encuentra a un amigo se puede sentir muy bien con él".

Por otro lado, hay quienes prefieren el carácter más tranquilo de los checos, así como por ejemplo, Carmen Contreras Orense, de España.

"La verdad es que con respecto al carácter checo me gusta que, en comparación con el carácter español, es más reservado, pero luego la gente en vez de dar la mano, te da el brazo y te da todo. Eso me gusta mucho y la sinceridad también. Los amigos que tengo checos la verdad es que son una maravilla".

El compatriota de Carmen, Luis Alonso, se fijó que, a pesar de ser más cerrados, los checos tienen diferente mentalidad con respecto al pudor.

"Me llamó mucho la atención la diferente mentalidad con respecto al pudor, particularmente de las mujeres checas. Ver a la gente en ropa interior en un parque o en la piscina cambiándose totalmente, son cosas que te dejan a cuadros, en España es impensable".


Hospoda,  foto: Archivo de Radio Praga
Los hispanohablantes radicados en la República Checa deben acostumbrarse a un estilo y ritmo de vida muy diferentes, según mencionó Paulina Vascones, de Bolivia.

"En realidad, lo que es más distinto son las comidas, que todo es más temprano, el almuerzo, la cena, que cenamos aquí nosotros a las seis de la tarde, yo no, yo tomo té a esa hora. Los checos se levantan mucho más temprano, en fin, todo es distinto"...

De todas formas quizá lo más difícil para un extranjero es aprender el idioma checo, una lengua muy complicada: la difícil pronunciación, un sofisticado sistema de declinaciones de sustantivos, adjetivos y pronombres, la gran diferencia entre la lengua hablada y la correcta, todo eso causa que incluso los hispanohablantes que llevan en la República Checa varios años tienen problemas con hablar checo con fluidez, indicó para Radio Praga el español Juan Provecho.

"Hace poco escuché un chiste, que preguntaban que ¿cuál iba a ser la lengua que se va a hablar en el cielo?, y respondían que el checo, porque vas a tener toda la eternidad para aprenderla y no la vamos a aprender, o sea que estaremos aprendiendo el checo hasta el final de nuestros días".

Además de sus familias, amigos y comida, muchos hispanohablantes extrañan en la República Checa el mar. Por otro lado, casi todos son encantados por la belleza de la capital Praga, algunos destacan la historia y cultura checas, otros resaltan los logros de los deportistas, principalmente de los futbolistas, pero si les preguntan qué es lo más típico para la República Checa, la respuesta es casi siempre la misma...

"¡LA CERVEZA!"