Gobierno checo ofrece "tarjetas verdes" a extranjeros del Este
El Gobierno checo pretende abrir el mercado laboral checo a ciudadanos de países de Europa del Este y de la antigua Unión Soviética, buscando de esta manera un antídoto contra el envejecimiento de la población checa.
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Zdenek Skromach, presentó al Gobierno el proyecto según el cual los primeros 300 extranjeros que lo soliciten obtendrán un permiso de trabajo por un período de dos años y medio.
Los primeros que tendrán la oportunidad de recibir la "tarjeta verde" checa serán los ciudadanos de Bulgaria, Croacia y Kazajstán. Próximamente podrán probar suerte en el mercado laboral de la República Checa habitantes de la mayoría de los países de Europa del Este, y en el futuro también ciudadanos de países más lejanos, como Angola o Vietnam.
Además de la eliminación del trabajo ilegal, el Gobierno espera que el reclutamiento de trabajadores de otros países cambiará la tendencia demográfica negativa del país. Según datos del Ministerio de Trabajo, en 2030 faltarán en la República Checa 420 mil trabajadores cualificados.
"Este proyecto es imprescindible", está convencido Cristian Popescu, de la Asociación cívica que se ocupa de emigrantes.
"Sin embargo, creo que el proyecto es un tanto corto de vista. El Gobierno debería invertir primero en la gente joven checa. Crear familias y tener hijos resulta para muchos jóvenes checos un gran riesgo financiero", opina Popescu.
Después de expirar la validez del permiso laboral los candidatos seleccionados tendrán la posibilidad de obtener la ciudadanía checa. Una persona cualificada, con educación universitaria, de treinta años de edad, con dos hijos y conocimientos de checo e inglés, éste es el perfil de una candidato óptimo.
"Nos dirigimos a los que se quedarán posteriormente en la República Checa", subrayó el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Zdenek Skromach. ¿No despertarán estos planes reacciones negativas entre los ciudadanos checos? preguntamos a Cristian Popescu.
"Parcialmente puede ser que sí. Pero no es tan simple afirmarlo. La sociedad checa se señala a menudo como xenófoba y homogénea, sin embargo según mi opinión la mentalidad checa es tolerante. Ello se desprende de la historia porque aquí siempre han vivido muchos extranjeros, entonces no creo que surjan conflictos".