Glamour, la elegancia en la moda femenina de las últimas seis décadas

Los cambios registrados en la moda femenina durante los últimos 60 años, se pueden ver en la exposición Glamour, instalada hace poco en el Museo de Artes Aplicadas, en Praga. Entre los modelos se encuentran vestidos que lucían actrices y celebridades nacionales, así como muestras de las mejores casas de moda europeas y de EE.UU.

Elegantes modelos de producción nacional y extranjera para ocasiones excepcionales, como un vestido de gala del taller del ya fallecido diseñador inglés Alexander McQueen, y otro de Valentino, que perteneció a la ex primera dama checa, Olga Havlová, es posible admirar en la exposición Glamour, en Praga. Además de vestimentas, los visitantes pueden ver allí zapatos Christian Dior del año 1969, y una cartera del año 1968 de la Galería Lafayette, de París.

Konstantina Hlaváčková
La comisaria de la muestra, Konstantina Hlaváčková, explica por qué la exposición fue denominada Glamour.

”La expresión Glamour se utiliza con mucha frecuencia actualmente en diversos sentidos. La palabra proviene del irlandés y se designaban con ella personas dotadas en la lengua, o sea, relatores y escritores. Posteriormente comenzó a ser utilizada para hablar de personas que destacan y fascinan por su belleza o elegancia. Actualmente se emplea en fotografía, arquitectura, diseño de interiores y hasta en ropa para perros. Pero en primer lugar, para determinar una vestimenta formal de punta”.

El objetivo de la muestra Glamour fue facilitar una comparación de las tendencias en la moda checa y los países extranjeros, desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, aclara Konstantina Hlaváčková.

“Exhibimos unas 50 prendas de producción nacional y extranjera. Y es la primera vez que enseñamos modelos extranjeros de las colecciones del museo. Antes no era posible, ya que las autoridades oficiales insistían que esos modelos contradecían el concepto de moda en el comunismo. Ahora pueden verse aquí modelos desde los años 50 hasta el presente. Los últimos 20 años los hemos reservado a diseñadores nacionales. En este país hay profesionales de gran imaginación que durante el comunismo no han podido hacer lo que querían y su talento pudieron corroborarlo hasta después del año 1989”.

El Museo de Artes Aplicadas, de Praga, tiene en sus colecciones de moda miles de vestimentas femeninas que datan de épocas diversas y el mayor número proviene del siglo XX. Konstantina Hlaváčková comenta por qué la actual muestra de vestidos de gala comienza en los años 50.

”Es porque en la historia checoslovaca el mayor cambio socio-político se produjo en 1948, cuando llegaron al poder los comunistas. Y ya que la moda responde siempre al desarrollo histórico y social de la sociedad, aquí se produjo entonces un gran cambio en la moda. En vez de la elegancia de los vestidos de noche y de cóctel, los comunistas impusieron un nuevo estilo de vestir que, según ellos, sentaba mejor a los trabajadores y que era una alternativa a la moda en otros países del mundo”.

Y así, mientras en Francia, Inglaterra y otros países de Europa Occidental el desarrollo de la moda enlazaba con la tradición de antes de la Segunda Guerra Mundial, en los países comunistas, entre ellos Checoslovaquia, surgían modelos diferentes que debían servir a personas que cada día iban a trabajar. Las vestimentas de mujer eran concisas, sin decoración alguna y se asemejaban más bien a un uniforme.

Recién en 1956, cuando se produjo una distensión política, la moda checoslovaca pudo tratar de acercarse a la moda mundial. No obstante, debido a que la industria textil nacional estaba atrasada y las máquinas que usaba eran anticuadas, fueron surgiendo prendas de muy baja calidad. A pesar de ello, en los pocos salones de moda que se han conservado en el país, por ejemplo en el salón Podolská o Rosenbaum, surgían modelos de alta costura que respondían a las nuevas tendencias mundiales de la moda. Pero eran muy pocos.

Con el paso del tiempo la situación fue mejorando y actualmente existen muchos salones de la alta costura que enlazan con la tradicional maestría y precisión de las costureras de los años 30 y 40 del siglo XX, según destaca Blanka Kovaříková, periodista de una revista femenina.

”La oferta de vestimentas es amplia actualmente y es posible conseguir vestidos de cualquier precio. No obstante, la mayoría de las vestimentas relativamente baratas son hechas en serie y su calidad no es muy buena. Acá hemos tenido siempre a buenas costureras e, independientemente del régimen que gobernó el país, incluso la producción en serie era de buen nivel. En esa tradición de la perfección costurera deberían inspirarse los modistas contemporáneos”.

La exposición Glamour confirma precisamente la perfección en la costura. A pesar de ello, algunos modelos que se exhiben fue necesario restaurar previamente. Pero fue porque los modelos de estilo Glamour, de alta costura, suelen ser ricamente decorados con piedras preciosas y semipreciosas, perlas y abalorios diminutos que pueden aflojarse con el tiempo.

La exposición Glamour se puede visitar en el Museo de Artes Aplicadas, en Praga, hasta el 4 de septiembre.