Frantisek Behounek
El físico, explorador polar y escritor Frantisek Behounek, el primer checo en el Polo Norte.
En mayo de 1928 despegó del archipiélago de Spitzberg, en el Océano Glacial Artico, el gigantesco dirigible Italia, al mando del general Humberto Nobile.La aeronave más ligera que el aire, de 115 metros de longitud, tenía la misión de alcanzar el Polo Norte.
La audaz empresa acaparaba la atención del mundo entero y la seguía con extraordinaria atención también el público checo: es que por primera vez estaba involucrado en una aventura tan arriesgada también un compatriota:
El físico checo Frantisek Behounek, de 30 años, fue invitado a tomar parte en la expedición del general Nobile por recomendación de Marie Curie-Sklodowska, descubridora de la radiactividad. Para el científico checo fue ya su segundo viaje a las inhóspitas tierras árticas. Frantisek Behounek era un riguroso científico, pero al mismo tiempo un hombre atraído irresistiblemente por la aventura.
El científico y viajero, nacido en Praga en 1898, era oriundo de una familia modesta: su padre se ganaba la vida como cerrajero. El joven cursó estudios en la Facultad de Ciencias Naturales de Praga donde se doctoró en Matemáticas y Física tras presentar un trabajo sobre óptica. Entre 1920 y 1922 Behounek trabajó como becario en el laboratorio parisino de Marie Curie Sklodowska, descubridora de elementos químicos radiactivos. Tras regresar a Praga, ayudó a fundar en Praga un Instituto especializado en la aplicación de los rayos X.
En 1926 Frantisek Behounek pudo realizar su primer viaje a las tierras árticas. A bordo del dirigible Norge llegó al archipiélago de Spitzberg donde realizó importante mediciones de la electricidad atmosférica en las regiones polares. Sus investigaciones fueron prácticamente el único aporte de la expedición organizada por el explorador polar noruego Roald Amundsen, el millonario norteamericano Lincoln Ellsworth y el general italiano Humberto Nobile.
Nobile invitó por eso a Frantisek Behounek a tomar parte también en el viaje rumbo al Polo Norte, a bordo del dirigible Italia, dedicado a fines científicos. El Italia que había despegado del archipiélago de Spitzberg en mayo de 1928 alcanzó el Polo Norte, pero no pudo tomar tierra allí a causa del mal tiempo.
Y las adversas condiciones meteorológicas fueron también la causa de la catástrofe que convirtió el orgulloso dirigible Italia en un montón de destrozos y a sus tripulantes en náufragos en la gélida inmensidad de la Ártida.
Un temporal arrojó el dirigible Italia sobre una planicie de hielo donde quedó la destrozada barquilla del comandante, con una parte de la tripulación. El resto del aeróstato, aligerado, fue arrebatado por el viento y nunca más se tuvo la menor noticia sobre sus tripulantes. Sobre el hielo quedaron nueve supervivientes. Entre los náfragos estaba también Frantisek Behounek.En el banco de hielo pasarían siete dramáticas semanas, luchando por la supervivencia ya que la mayor parte de las provisiones se habían perdido. Los náfragos serían rescatados por el rompehielos ruso Krasin el 12 de julio de 1928. Cuando terminó la aventura de los náufragos del dirigible Italia, el general Humberto Nobile ensalzó la abnegación de Frantisek Behounek, destacando que el científico checo había manifestado una fuerza moral e inagotable energía en los momentos más difíciles.
Llama también la atención que a pesar de la tenaz lucha por sobrevivir, Frantisek Behounek no descuidó en el banco de hielo la labor científica, investigando la ionización, la electricidad atmosférica y las emanaciones radiactivas en el aire de la Ártida. El científico describió su aventura ártica en el libro "Naufragos sobre un banco de hielo".
Frantisek Behounek se desempeñó posteriormente como profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de Praga, director del Instituto de Oncología y experto de la comisión de la ONU para la radiación atómica. Y destacó también como autor de ciencia-ficción.Los críticos aprecian su horror de ciencia-ficción "Casa de los espectros verdes", recientemente reeditado, ya que trata de la reponsabilidad del científico por sus descubrimientos. Frantisek Behounek falleció en 1973.