Festival Alquimia 2009, tango sin límites
El Festival Tango Alquimia 2009 congregó en Praga durante cuatro días algunas de las tendencias más actuales de un género de más de un siglo de historia. Lejos de encerrarse en su pasado, el tango ha entrado en el siglo XXI con sangre joven y sonidos frescos que suenan por todo el mundo sin olvidar sus orígenes.
Posiblemente cuando se piense en tango, tengamos irremediablemente fosilizadas en nuestra cabeza imágenes de la ‘guardia vieja’ del género, como al galán Carlos Gardel con su sonrisa y su sombrero. Los círculos tangueros argentinos se han caracterizado habitualmente por el conservadurismo. Sin embargo, al tango siguen llegando las nuevas generaciones y cada vez es una música más universal que vive procesos similares al de otros estilos, de fusión y experimentación con otras músicas como el jazz, el rock o la electrónica.
Praga pudo disfrutar de un buen ejemplo de ello durante el Festival Tango Alquimia. Bandas, DJs y bailarines de diferentes tendencias y países se reunieron en la capital checa para saciar la curiosidad creciente de un colectivo cada vez más numeroso que lo solicita. El bailarín llegado de Argentina, Mario Ferraro, alaba la organización y la filosofía de la reunión.
“Creemos que, en relación a la organización del festival, está muy bien llevada. Es como que se trata de darle diferentes cosas a la gente y que trate de verlas desde diferentes puntos de vista. Siempre focalizando como base el tango y la comunicación”.
La banda Otros Aires, ofrecía por primera vez en Praga sus tangos de sonido electrónico. Su líder Miguel di Genova cuenta el devenir del género en los últimos años, y defiende la pureza de su apuesta.
“Intentamos que en lo que hacemos esté siempre la raíz del tango. Hubo un momento de una suerte de moda de electrotango que era como muy ambient, una batería funky, y un bandoneón arriba y no tenía la cuestión de la sustancia tanguera ni la cuestión rítmica, melódica y armónica del tango tradicional. Como nosotros nos basamos mucho en eso, hay una parte del mundo que viene del tango tradicional que lo acepta y que incluso lo festeja por suerte”.
La experimentación de Astor Piazzola en la década de los 70 se topó con la desaprobación más rotunda de la ortodoxia tanguera. Pero su terquedad y fidelidad a sus principios supusieron una aportación al género decisiva. Las generaciones posteriores entendieron que las posibilidades que les ofrecía el tango eran mayores que las que quería aceptar ese influyente sector conservador. Di Genova habla de ese proceso.
“Los bailarines empezaron antes que los músicos a hacer nuevas formas de baile y demás. Después la música empezó a cambiar lentamente. Pero claro, pasaron muchos años. Hay mucha gente muy conservadora, hay mucho talibán del tango”.
El bailarín Diego Escobar, a pesar de su estilo tradicional, también considera el tango como un estilo con derecho a renovarse.
“El tango en realidad no es que sea clásico. Es muy subjetivo. Por el hecho de ser jóvenes tenemos una forma distinta de bailar que una persona mayor”.
De la misma manera, para otra bailarina participante en Alquimia, Marcela Trapé, el tango es un género cada vez con menos límites.
“El movimiento es movimiento más allá de los límites que uno ponga de que esto es tango, esto es danza contemporánea, esto es teatro, …”
La borrachera tanguera del Alquimia, será de nuevo en 2010 una fiesta y un premio a la dedicación y fidelidad de las milongas de Praga. Mucho antes, otra de las grandes bandas del tango electrónico, Bajofondo, actuará en Praga el 21 de Julio.