Éxitos de música clásica: La novia vendida de Bedřich Smetana

Bedřich Smetana con sus amigos (pintura de František Dvořák, 1865)

En otro capítulo dedicado a los éxitos de la música clásica checa les ofreceremos una de las joyas más brillantes nacionales: La novia vendida de Bedřich Smetana.

Bedřich Smetana con sus amigos  (pintura de František Dvořák,  1865) | Foto: Wikimedia Commons,  public domain

La idea de componer una ópera nacional original se le ocurrió a Bedřich Smetana al parecer durante su estadía en Gotemburgo en 1861. Inmediatamente después de su regreso de Suecia, el compositor se puso a trabajar en ella.

Karel Sabina

Sin embargo, el libreto adecuado no logró conseguirlo hasta después de un año del escritor Karel Sabina. Se trataba del drama histórico titulado Los brandeburgueses en Bohemia con un fuerte subtexto antialemán.

No sabemos si el resultado cuadró del todo con la idea original del autor. Cierto es que trató de abandonar cuanto antes el tema serio de esta obra. Según reconociera el mismo más tarde, las dudas de los críticos de si sería capaz de componer un tema más ligero de tono nacional, condujeron al autor a la decisión de empezar a hacer una ópera cómica. Es decir, que comenzó a componer música para un escenario lleno de aldeanos vestidos en trajes tradicionales y escribir coros que cantase todo el pueblo.

De todas maneras, Smetana se tomó muy en serio la idea de crear una ópera nacional cómica. El libreto para La novia vendida volvió a pedírselo a Karel Sabina. Mientras que en el caso de Los brandeburgueses en Bohemia le bastó un texto lleno de orgullo y patetismo nacionales, el libreto para una ópera alegre no le salió bien. Smetana le pidió que lo reescribiera por completo.

Pero para decir la verdad, ni siquiera el nuevo texto fue un milagro. Si uno se olvida de las hermosas melodías de Smetana y lee solo el libreto se da cuenta del gran ingenio de Bedřich Smetana que logró sacar una música tan refrescante de las torpes líneas de Sabina.

 Eliška Krásnohorská,  foto: Jan Vilímek,  public domain

Smetana sufrió una doble mala suerte al componer la obra: por un lado, el checo en su forma artística de aquel entonces seguía siendo un idioma joven y poco consolidado. No alcanzaba el nivel lingüístico de hoy, ni mucho menos.

Por otro lado, como hemos visto en el caso de Sabina, la calidad de los libretistas de aquella época era muy baja. Eso lo podemos decir tanto de él, como de Eliška Krásnohorská y otros literatos que se dedicaban a temas nacionales.

En defensa del libretista de La novia vendida podemos decir que Sabina no escribió su texto para una ópera, sino para una opereta. Así lo acordó originalmente con Smetana. Dicen que al oír por primera vez La novia vendida dijo: “De saber qué crearía Smetana con mi libreto, me habría esforzado más al redactarlo”.

No obstante, aún así Smetana logró poner música a esa horrorosa conglomeración de palabras de manera muy natural. Incluso lo hizo tan perfectamente que las canciones pronto se hicieron muy populares.

Hasta hoy día algunos amantes de la ópera conocen de memoria grandes partes de las letras de La novia vendida. Pero en la época de su surgimiento el libreto lo conocían casi todos los patriotas checos.

Miloš Forman,  foto: Petr Novák,  Wikimedia Commons 3.0

La gente no se olvidó de los coros de la ópera ni siquiera más tarde. El director fílmico Miloš Forman recordó un día que de pequeño había visto en el cine por primera vez la película basada en La novia vendida. ¡Pero esta versión fílmica de la ópera checa más famosa era muda! Forman dijo que los espectadores se pusieron a cantar desde los primeros tonos y cantaron todo el tiempo hasta el fin de la proyección.

Sin embargo, los expertos en música de la época criticaron duramente a Smetana. Le reprochaban el mal uso del idioma checo. Pues muchos de los acentos musicales no correspondían a los compases de la música y las frases quedaban desfasadas.

Pero eso le pasa también a muchas canciones populares checas. Hoy lo concebimos como una naturaleza sofisticada del ingenioso compositor. Eso explica por qué el coro inicial adquirió tanta popularidad una vez estrenada la obra.

Gracias a las peculiares melodías que pasaban por alto las rigurosas leyes lingüísticas, Smetana se acercó a las melodías de las canciones populares. Por eso los escuchas apreciaron tanto su música. Los melómanos pronto se dieron cuenta de que bastaba tener un poco de talento musical para interpretar el coro inicial incluso a una sola voz.

Emma Destinová en el papel de Mařenka,  foto: Teatro nacional Checo

¿Qué hace de una canción una obra artística? Puede ser que este coro de La novia vendida haya alcanzado tanta popularidad por abrir toda la ópera. Además se puede escuchar varias veces a lo largo de la misma.

Tras el preludio comienza a desarrollarse el primer acto, donde aparece esta melodía famosa, primero en modo menor. Luego suben al escenario los dos protagonistas, Jeník y Mařenka, o sea Juanito y Mari. Escuchen su interpretación en las voces de Gabriela Beñačková y Peter Dvorský.

Bedřich Smetana es un compositor venerado como fundador de la música nacional checa. En el mundo no es conocido por componer el monumental ciclo de poemas sinfónicos Mi Patria, sino por ser autor de La novia vendida.

Gracias a la cantante Emma Destinnová, la obra fue estrenada también en la Ópera Metropolitana de Nueva York. Desde entonces fue reestrenada en todos los escenarios musicales del mundo. En 1882, Smetana pudo asistir a la puesta en escena número cien de su obra, gracias a la que fue amado por toda la nación checa y ovacionado en el Teatro Nacional de Praga.

La Novia vendida eclipsó las demás obras de Smetana y hasta hoy día es la ópera checa más interpretada. Junto a El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini, es además la ópera cómica más exitosa tras Las bodas de Fígaro de Wolfgang Amadeus Mozart.

El ciclo Éxitos de música clásica surgió en base al proyecto de Lukáš Hurník y Bohuslav Vítek titulado Éxitos del milenio transmitido por la Radio Checa Vltava.

Autor: Roman Casado
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